Han pasado más de dos décadas desde que inició el Movimiento Afromexicano; desde que comenzaron las primeras organizaciones para problematizar las violencias que vivían (y siguen viviendo) las personas y comunidades afromexicanas en este país. Ahora existe un relevo generacional dentro del Movimiento Negro en México. Existimos jóvenes que, desde nuestros lugares de enunciación, estamos asumiendo nuevos liderazgos para contribuir a la lucha en nuestras comunidades. Con estas palabras no se pretende demeritar la lucha que se ha hecho ni los logros que se han alcanzado por parte de las generaciones anteriores a la nuestra, sino contribuir desde nuestra trinchera.
El espacio rural ha sido significativo para el desarrollo de la lucha del pueblo afromexicano. En las comunidades, por ejemplo, de la Costa Chica de Guerrero y de Oaxaca, las y los jóvenes son una población muy activa que se replantea su forma de vivir la negritud en México y esto aporta ideas frescas al movimiento. Lo rural es el hogar, es la raíz, es el amor a la comunidad, es la lucha de nuestros ancestros y ancestras, es la transmisión de nuestra ancestralidad y por lo tanto, el espacio desde el que queremos celebrar lo que amamos y combatir nuestras problemáticas
En diciembre del 2019, en Cuajinicuilapa, Guerrero, se consolidó la Red Nacional de Juventudes Afromexicanas con la intención de ser un espacio para el diálogo y apoyo entre diferentes jóvenes afro del país, en donde se discutan los temas que nos atañen y que no se les daba la importancia que merecen. De igual manera luchar contra el adultocentrismo que, en algunas ocasiones, persiste en el Movimiento, rompiendo con el mito de que las personas jóvenes no tienen la capacidad de ser activistas. Para estos fines se han tejido alianzas con otras asociaciones, colectivas y personas con quienes compartimos intereses.
En la siguientes líneas se puede hacer un recuento de algunas de las cuestiones que creemos importantes reflexionar y aplicar dentro de la lucha afromexicana y que, como jóvenes, tenemos la disposición de hacer. Aunque la pandemia por el covid-19 vino a entorpecer varios los planes para este año, hemos logrado adaptarnos y sacar adelante proyectos, pero faltan cosas por hacer.
Algo que sin duda se ha visto desplazado de las discusiones sobre lo “afro” en México, son las vivencias de las disidencias sexuales y de género en las comunidades; reflexionar sobre esto es relevante para avanzar en la lucha contra las violencias, que todavía persisten en nuestras comunidades, hacia las personas no heterosexuales y/o cisgénero. De igual forma, es importante escuchar lo que plantean las personas racializadas dentro de la comunidad LGBT+, en materia de antirracismo y anticlasismo.
También las compañeras han contribuido a las discusiones en torno los feminismos. Han debatido teóricamente con propuestas desde el afrofeminismo, feminismo decolonial y el comunitario; con la intención de llevar a la práctica para que podamos combatir la violencia heteropatriarcal racista fuera de nuestras comunidades pero también la violencia machista dentro de estas.
Como jóvenes, estamos más cercanos a la vida estudiantil en carne propia (en cualquier nivel educativo), por lo que creemos importante tejer redes de apoyo entre estudiantes afro para vivir libres de violencia en los espacios educativos. Sin embargo, estamos conscientes de que no todas las personas pueden tener la oportunidad de acceder a este tipo de instituciones, por lo que en nuestra agenda está en buscar los mecanismos para contrarrestar esta situación.
Por nuestra parte, nos sentimos parte de la diáspora. Esto ha permitido crear vínculos fuertes con otras personas negras que residen en México o en otros países, así como darle importancia a las experiencias migratorias africanas o afrodescendientes en nuestro país.
Cada día las personas jóvenes afromexicanas estamos inmersas en nuevas discusiones sobre nuestra propia etnicidad. Nos estamos repensando, somos personas dinámicas y con intenciones de transformar colectivamente nuestros entornos sociales. Nuestras voces son importantes. •