Orlando. Tras 141 días de suspensión por el coronavirus, la liga estadunidense de basquetbol NBA reinició su temporada ayer con un gesto de protesta de los jugadores, entrenadores y árbitros contra el racismo, quienes se arrodillaron durante el himno estadunidense previo al encuentro en el que el Jazz de Utah dio la vuelta al partido para vencer en un final frenético 106-104 a los Pelícanos de Nueva Orleans.

Los jugadores, con los brazos entrelazados, portaban camisetas negras con el lema Black Lives Matter (La vida de las personas negras importa), también grabado en el centro de la cancha sin espectadores del complejo deportivo de Disney World de Orlando, Florida.

La liga y los jugadores se comprometieron a que este final de la temporada 2020, a pesar de la ausencia de aficionados, contribuya a las protestas contra el racismo desencadenadas por el crimen del afroestadunidense George Floyd a manos de un policía blanco dos meses atrás.

Horas antes del partido, el comisionado de la NBA, Adam Silver, avanzó que respetaría una protesta pacífica a pesar de que las reglas de la liga dictan desde hace años que los jugadores deben permanecer de pie durante el himno.

La primera canasta de la reanudación de la campaña fue anotada por el francés Rudy Gobert, del Jazz, cuyo contagio de coronavirus forzó la abrupta suspensión de la temporada el pasado 11 de marzo.

Fue el mismo Gobert quien selló la pizarra con dos encestes en favor del Jazz, ya calificado en la Conferencia Este a los playoffs, aunque por Utah sus mejores anotadores fueron Mike Conley y Donovan Mitchell, con 20 cada uno. Y del partido, el mejor fue Brandon Inram, con 23 puntos para Nueva Orleans, que ocupa el décimo lugar en el Oeste e intenta aprovechar los siete partidos que quedan de fase regular para calificar entre los ocho que juegan la postemporada, que arrancará el 17 de agosto y debe culminar a finales de octubre.