Matamoros, Tamps., Elementos de la policía estatal se harán cargo de la entrega de cuerpos de víctimas de Covid-19 en el municipio de Matamoros, luego de que familiares de los difuntos denunciaron penalmente retrasos y confusión en la entrega de cadáveres.

El pasado 17 de julio la familia de Manuel Cardona, de 64 años, quien falleció en el hospital general víctima de Covid-19, suspendió la inhumación en el panteón del ejido 20 de Noviembre debido a que, al abrir el ataúd, sus hijas Maricruz y Alba detectaron que el cuerpo no era el de su padre.

La funeraria comprobó que personal del hospital general entregó el cuerpo equivocado, por lo que sus trabajadores acudieron al depósito de cadáveres y luego de varias horas regresaron al cementerio con los restos de la persona correcta.

Para evitar más confusiones en la entrega de cuerpos, la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris) determinó que policías estatales entreguen los cadáveres.

Para ello autorizó la instalación de un filtro cerca de la caja térmica ubicada en el estacionamiento del hospital Alfredo Pumarejo, donde permanecen decenas de cadáveres.

La finalidad, detalló la Coepris, es llevar un control de los cuerpos que entran y salen de la caja refrigerante donde en la que se conservan las víctimas de Covid-19 de Matamoros, no solamente del hospital general, sino los que han muerto en las tres clínicas del Instituto Mexicano del Seguro Social, del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado y los que han fallecido en domicilios particulares o en la vía pública.

De acuerdo con cifras de la Secretaría de Salud estatal, Matamoros es la segunda ciudad con más contagios en Tamaulipas, con 2 mil 529 hasta la tarde del martes, además de 137 defunciones. El primer lugar lo ocupa Reynosa, con 3 mil 156 enfermos y 336 fallecimientos.

Sin embargo, fue en Matamoros donde familias de los difuntos por Covid-19 denunciaron fallas en el manejo de cadáveres.

Directivos del hospital general comparecieron ante la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas para responder la demanda que familiares de Marco Antonio, comerciante de 44 años fallecido por coronavirus, interpusieron el 12 de julio por el extravío de su cuerpo.

El cadáver de Marco Antonio no fue localizado por trabajadores de la funeraria Ramírez, quienes acudieron ese día para llevarlo al panteón Los Tomates, donde su familia esperaba sepultarlo.

Durante 12 horas el cuerpo no fue localizado y después de que los deudos acudieron a interponer la querella, personal del nosocomio reportó el hallazgo del difunto, quien estaba al fondo de la caja térmica donde decenas de cadáveres se mantienen apilados.

Cada día, carrozas hacen fila en la caja térmica para recibir cuerpos. Ahí mismo los depositan en ataúdes y los llevan a cementerios locales sin oportunidad de velarlos, pues por ser víctimas de Covid-19 la Secretaría de Salud lo prohíbe.