Miércoles 22 de julio de 2020, p. 4
En Oaxaca existen hoy día artistas visuales que ofrecen muchas estéticas alternas
a la llamada Escuela Oaxaqueña de Pintura, asegura el promotor cultural Alonso Aguilar Orihuela, quien coordinó la edición de la colección bibliográfica +50 artistas contemporáneos en Oaxaca.
La obra se conforma por dos tomos de gran formato, una suerte de aparador para que el público aprecie que en esa entidad sucede el arte contemporáneo de maneras muy refinadas o vinculadas con lo primitivo; es decir, hay una pluralidad de creadores con una obra sólida en términos del oficio, que hacen cerámica, instalación, grabado y pintura con propuestas dinámicas y de nivel internacional
, añade el también escritor.
Los autores incluidos, continúa, si bien reflexionan sobre temas sociales –o pueden no hacerlo–, trabajan “de manera diferente a como se hacía a finales de los años 80, cuando prevalecía la Escuela Oaxaqueña de Pintura.
“Fue a partir de 1988, con la fundación del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (Iago) y otros proyectos impulsados por el pintor Francisco Toledo, cuando se comenzó a crear un ecosistema cultural que brindó educación visual no sólo a quienes en ese momento decidían dedicarse al arte, sino al público en general.
Desde entonces han sido más de 30 años que han repercutido en que los artistas oaxaqueños que hoy se encuentran produciendo tengan otras aspiraciones y quieran representar no sólo lo inmediato.
Aguilar Orihuela explica que algunos críticos de arte han señalado que una de las características de la Escuela Oaxaqueña de Pintura es su referencia a lo inmediato, a las costumbres de pueblos detenidas en el tiempo, a personas felices en una paleta de colores muy rica, tirándole a los ocres.
Oaxacalandia
“Se trata de una fetichización de Oaxaca. Este libro no pretende ir en contra de la Escuela Oaxaqueña de Pintura, pero sí hacer notar que la cultura es dinámica y que al ser el estado un polo cultural del país, también se transforma.
“Se trata de quitar el cliché de Oaxacalandia, que se define por el mezcal, las bodas y el mito de que cualquier persona que haga un trabajo artístico en Oaxaca es bueno por default. No es así en muchas ocasiones, pero esa idea es una herramienta comercial que se ha usado mucho.”
La colección bibliográfica +50 artistas contemporáneos en Oaxaca pretende destacar que el arte actual en la entidad “no surge por generación espontánea, sino tiene reminiscencias prehispánicas, como el propio Toledo, Adán Paredes y Rolando Regino, pero también está presente la biodiversidad, y ese tipo de referencias pasan por los artistas oaxaqueños.
“Espero que cualquier persona que hojee los libros se asombre al encontrar algo distinto a lo que normalmente se piensa cuando se escucha ‘arte oaxaqueño’”, concluye Aguilar Orihuela.
La edición de +50 artistas contemporáneos en Oaxaca fue financiada por la Secretaría de Cultura federal y la Cámara de Diputados; consta de 2 mil ejemplares que se han distribuido de manera gratuita a escala nacional e internacional en bibliotecas universitarias, museos y recintos culturales.
Incluye entrevistas con 57 artistas (entre ellos Demián Flores, Guillermo Olguín, Olegario Hernández, Siegrid Wiese, Jordi Prats, además de colectivos y talleres de grabado como Lapiztola o La Huella Gráfica) realizadas por 27 escritores (Germaine Gómez Haro, Joaquín Barriendos, Hiram Villalobos Audiffred y Paola Ambrosio, entre otros).