Damasco. Los sirios celebraron ayer elecciones legislativas en medio de una severa crisis causada por una guerra que empezó en 2011 y deja ya más de 380 mil muertos y que ha obligado a millones de personas a huir de la violencia, mientras el gobierno de Bashar al Assad y sus aliados son objeto de sanciones occidentales. Más de 7 mil 400 colegios electorales abrieron sus puertas a las 7 de la mañana en las zonas gubernamentales, según la comisión electoral. Por primera vez se pudo votar en antiguos bastiones de la rebelión. El partido Baaz, en el poder desde hace medio siglo e íntimamente ligado al clan Assad, suele ganar las legislativas, que se organizan cada cuatro años para elegir 250 diputados, cuando la mayoría de los opositores vive en el exilio. En los comicios participaron más de 2 mil candidatos. El presidente Assad y su esposa Asma votaron en Damasco con mascarillas de protección contra el Covid-19, anunció la presidencia siria. “El régimen no sabe lo que son comicios desde que tomó el poder hace 50 años, todo lo que se organiza bajo el nombre de ‘elecciones’ son mascaradas en medio de un estricto control militar”, denunció Nasr Hariri, líder de la principal coalición de oposición siria en el exilio.