Madrid. Emilio Lozoya Austin, ex director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), que asegura tener un manantial de información y videos que incriminan a decenas de dirigentes políticos mexicanos por asuntos de corrupción, viajó rumbo a México procedente de España, de donde partió su avión alrededor de las 5 de la tarde (hora peninsular, 10 de la mañana de México). El mexicano de 47 años finaliza así una huida que inició el 29 de mayo del 2019, cuando estaba cercado por la justicia mexicana ante el caudal de evidencias que le señalaban en varios y diversos casos de corrupción política y empresarial.

Lozoya Austin abandonó la cárcel de Madrid IV, situada en la localidad de Navalcarnero, rodeado de un dispositivo de seguridad y bajo custodia de un comando de élite de la Guardia Civil española. Viajaba en un furgón acondicionado para el traslado de presos de alto riesgo, seguido por varias patrullas que hacían labores de vigilancia y contravigilancia. El dispositivo transcurrió sin incidentes. Y, una vez en el aeropuerto, el procesado fue entregados a los agentes de la Organización Criminal de Policía Internacional (Interpol), que serán los responsables de custodiarle hasta su llegada a México, explicó a La Jornada una fuente del Ministerio del Interior, que también aludió que se mantendrá en secreto el aeropuerto del que partió el avión.

En la aeronave que envió la Fiscalía General de la República mexicana (FGR) viajaban el detenido, los agentes de la Interpol, representantes de la policía mexicana y el agregado de la FGR para Europa y España. Dadas las características del avión –Bombardier Challenger 605–, con autonomía de vuelo de siete horas, tuvo que hacer una escala técnica en Canadá, donde la realizó en el vuelo de ida, con lo que la llegada a la Ciudad de México estaba prevista a la medianoche.

Lozoya Austin fue detenido en el sur de España el pasado 13 de febrero, en un fraccionamiento de lujo llamado La Zagaleta. Desde aquel día ha estado encarcelado; primero en una comisaría de policía, después en la prisión de Alhaurín de la Torre, en Andalucía, y finalmente en la cárcel Madrid IV, en Navalcarnero. El político es investigado por casos de corrupción, sobre todo dos grandes ramas: sus negocios con Alonso Ancira, de AHMSA, y quien está a la espera de que se formalice su petición de extradición tras haber perdido el juicio también en la Audiencia Nacional de España. Y, la segunda, sus negocios con la filial en México de la constructora Odebrecht. También se señala que la constructora brasileña amplió sus intereses en México en 2012 y, sobre todo, en tres estados: Veracruz, gobernado entonces por Javier Duarte; Hidalgo, cuyo mandatario era Francisco Olvera Ruiz; y Tamaulipas, bajo la administración de Egidio Torre. Todos del PRI.

Se está a la espera de pruebas visuales y escritas que presumiblemente Lozoya tiene en su poder e incriminan a políticos mexicanos en el pago de comisiones ilegales para la aprobación de la polémica reforma energética del gobierno de Enrique Peña Nieto.