Antecesores viajaron incluso antes de tomar posesión
Miércoles 8 de julio de 2020, p. 10
En la historia reciente de la relación bilateral México-Estados Unidos, para los presidentes mexicanos ha sido prioridad sostener un encuentro temprano con el jefe en turno de la Casa Blanca.
Y si es posible, hacerlo aun antes de tomar posesión, como ocurrió con Carlos Salinas, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, quienes viajaron a Washington antes de tomar el cargo y lo justificaron a partir de un necesario acercamiento
para abordar la compleja agenda conjunta.
A diferencia de sus predecesores, y bajo la premisa de que la mejor política exterior es la interior
, el presidente Andrés Manuel López Obrador rompió con esa costumbre sobre los tiempos de acercamiento con su par estadunidense, y tras 19 meses al frente del gobierno, hoy acude por primera vez a Washington y lo hace con una agenda circunscrita al ámbito comercial.
Aunque en los viajes de los anteriores mandatarios la agenda de esos iniciales encuentros –efectuados indistintamente en México o Estados Unidos– siempre fue amplia, en cada uno la coyuntura fijó las prioridades:
Aún como presidente electo, Salinas, en noviembre de 1988, acudió a Texas para su primer encuentro con quien también recién había ganado la elección, George Bush. Antes de que ambos tomaran el poder hablaron de la agenda bilateral, destacando la deuda externa mexicana, la migración y el narcotráfico. En julio de 1989 volvieron a encontrarse en París, adonde acudieron a celebrar la fiesta nacional francesa, sería el primero de siete encuentros.
Inmerso en la crisis política y económica de 1994-1995, Erneso Zedillo tomó más tiempo para reunirse con el entonces mandatario estadunidense, William Clinton. Lo haría hasta octubre en condiciones adversas tras el préstamo –con las reservas petroleras como garantía– que Estados Unidos hizo a México para encarar la crisis.
Con el galardón
de haber derrotado al PRI, apenas lo designaron presidente electo, Vicente Fox acudió a Texas, en pleno proceso electoral, para reunirse con el candidato republicano, George Bush, aprovechando su cercanía personal, no obstante la apretada contienda con Al Gore, candidato demócrata.
Muy a su estilo, el primer encuentro oficial de los presidentes Fox y Bush se realizaría en el rancho del guanajuatense. El primero de 13 encuentros bilaterales donde la seguridad fronteriza y la relación comercial fueron los ejes temáticos tras los atentados a las Torres Gemelas en 2001.
Sin la cercanía de su predecesor, Calderón –como presidente electo– tuvo su primera cita con Bush en Washington, pero la reunión ofcial ocurrió en Mérida en 2007, con la seguridad y la migración como asuntos primordiales de discusión. Tiempo después surgió la Iniciativa Mérida, que intensificó la colaboración
en materia de seguridad México-Estados Unidos, que ya con Barack Obama en la Casa Blanca tendría en el operativo Rápido y Furioso un episodio frustrado.
Peña Nieto arrancó su relación con Obama a finales de noviembre de 2012 y seis meses después el demócrata viajó a la Ciudad de México y se enlazó un diálogo que ambos presumían fluido, con la migración y seguridad como ejes, aunque en ese periodo la deportación de migrantes alcanzó sus máximos niveles.