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Bancos para los amigos // Regalo de Fox y Calderón

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ordió el polvo otro de los denominados bancos chatarra autorizados (léase regalo para sus amigos aportantes a las campañas políticas blanquiazules, con los que pagó favores políticos y económicos) por Vicente Fox a escasos meses (menos de cuatro) de –felizmente– mudarse de Los Pinos, algo que, por cierto, también hizo Felipe Calderón en su sexenio.

Se trata de Banco Ahorro Famsa, una institución de banca múltiple, según reza la autorización de la Secretaría de Hacienda y firmada por Francisco Gil Díaz, a la sazón titular de esa dependencia, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 8 de agosto de 2006, es decir, tres meses y 23 días antes de que Vicente y Martita se fueran mucho al rancho, y, desde luego, después de los comicios (léase fraude electoral) de julio de ese mismo año.

Famsa es una empresa de Monterrey, Nuevo León, fundada a principios de los años 70 y que originalmente se dedicó a comercializar muebles, línea blanca y todo tipo de enseres domésticos, que vendía en cómodos abonos con intereses de agio, muy al estilo de Elektra, de Ricardo Salinas Pliego, personaje a quien Fox también le autorizó su banco (Azteca, octubre de 2002), para lo cual habilitó sus tiendas como sucursales bancarias. Y el banco que el ranchero les regaló tendría duración indefinida.

El punto es que días atrás la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) revocó la licencia que generosamente otorgó Fox a los dueños de Famsa (Humberto Garza González y su hijo Humberto Garza Valdez a la cabeza), y las causas fueron una gestión de riesgos inapropiada, operaciones y créditos otorgados a personas relacionadas del (propio) grupo (de ese tipo de créditos está llena la panza del Fobaproa) por encima de los límites regulatorios, registros indebidos en dichas operaciones e incumplimiento recurrente de diversas disposiciones normativas; estos incumplimientos y deficiencias se presentaron con anterioridad a la actual coyuntura financiera y económica derivada de las medidas de aislamiento adoptadas para evitar la propagación del Covid-19. Una joyita, pues.

Sin embargo, a los dueños de Banco Ahorro Famsa tales prácticas no se les ocurrieron recientemente, pero en tiempos peñanietistas la autoridad encargada del sano comportamiento del sistema bancario los dejó hacer y deshacer sin consecuencia alguna.

De cualquier suerte, la propia CNBV detalló que tal revocación se da con el objetivo de proteger a los 580 mil 774 ahorradores del banco con saldo en sus cuentas. Los depósitos de los ahorradores del Banco de Ahorro Famsa están protegidos por el Instituto para la Protección del Ahorro Bancario. Sin utilizar recursos públicos, el IPAB garantiza el ahorro de los depositantes, mientras los responsables de los chanchullos permanecerán intocados, a la vieja usanza.

En el recuento, Fox pagó con bancos chatarra algunos favores recibidos. Por ejemplo, dos semanas antes de dejar Los Pinos autorizó, por medio de Francisco Gil Díaz, cinco nuevos bancos: Comercial del Noreste, Fácil, BanCo-ppel (recuerdan la carta del empresario Enrique Coppel Luken que promovió al Borolas, violando la legislación electoral), Walmart de México Adelante y Prudential Bank.

Además, Banco Autofin México (de Juan Antonio Hernández Venegas, generoso contribuyente a la causa panista), Compartamos (de los Legionarios de Cristo), Banco Monex (les suena la campaña de Peña Nieto), Ve por Más (Antonio del Valle Ruiz) y Banco Multiva (un obsequio para Olegario Vázquez Raña), siempre con el objetivo (Gil Díaz dixit) de contar con un sistema financiero sólido y eficiente. ¡Ole!

Con el Borolas aparecieron, cuando menos, Banco Bicentenario (20 de julio de 2012, que tronó un par de años después, con Ignacio Landa Ventosa como cabeza visible) y Banco Amigo (2 de mayo de 2007; en 2011 se convirtió en ABC Capital).

Las rebanadas del pastel

Si de herencias malditas se trata, ahí está la que Peña Nieto y sus guajiros le dejaron a la 4-T: el juicio arbitral contra la Comisión Federal de Electricidad por Chicoasén II.