El consumo de drogas a nivel mundial alcanza ya a 5.3 por ciento de la población (alrededor de 269 millones) según el reporte presentado ayer por la oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc, por sus siglas en inglés), al advertir además sobre el agravamiento de este problema a causa de la pandemia por el Covid 19, y donde México no sería la excepción.

A la larga, la recesión económica y las medidas de confinamiento podrían perturbar los mercados de drogas. Con el desempleo y la falta de oportunidades será más probable que las personas pobres y desfavorecidas caigan en hábitos nocivos de consumo de drogas, sufran trastornos por el uso de esas sustancias y recurran a actividades ilegales, bien de producción o de transporte, vinculadas con las drogas, establece el organismo.

En la reunión convocada por el Instituto de Salud para el Bienestar para analizar la panorámica nacional tras la difusión del reporte, Kristian Hölgen, nuevo representante en México de la Unodc, indicó que la única manera de combatir este fenómeno será con políticas agresivas de prevención y tratamiento basado en las evidencias, y destacó que en estos momentos existen más de 540 sustancias sintéticas que se suman a las drogas naturales más tradicionales como la mariguana, la heroína y la cocaína.

No terminamos de controlar un precursor químico cuando grupos criminales ya diseñaron un sustituto, admitió Hölgen.

Además, destacó la disminución del presupuesto destinado al combate a las drogas: No podemos permitir que esta tendencia se replique a nivel nacional a causa de la pandemia y diluya los esfuerzos de reducción de la oferta y la demanda, subrayó

La jefa del área de Drogas de la Unodc en el país, Sofía Díaz, planteó que en el corto plazo y dado el aumento en el desempleo –que hasta mayo había afectado al menos a 12 millones de mexicanos– podría generarse un aumento generalizado en el uso de drogas ilegales.

A su vez, el subsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Ricardo García Berdeja, quien ubicó factores sociales y de carácter emocional en el crecimiento de las adicciones, reportó el impacto que tiene el narcomenudeo en la juventud. Así, en 2018, la tasa de delitos por esta causa registrados en averiguaciones previas y carpetas de investigación iniciadas fue de 83.9 por cada 100 mil habitantes y, de hecho, fue el segundo delito por el que más adolescentes fueron imputados, después del robo.

El comisionado Nacional Contra las Adicciones, Gady Zabicky, destacó avances con los programas de atención a las adicciones, pero también resaltó que México ha decidido tomar algo del dinero que se destina a las policías para distribuirlo entre los jóvenes consumidores de drogas, sobre todo los más desprotegidos.

Es inevitable virar estas actitudes y dejar a un lado los toletes y las macanas y ofrecerles una mano de ayuda para alfabetizar, vacunar, alimentar y educar a todos, enfatizó.

En su turno, Cristian Morales, representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), advirtió que las poblaciones adictas son particularmente vulnerables al contagio y las complicaciones por el Covid 19.

Se ha detectado, dijo, un aumento en la reutilización de jeringuillas y si bien desde antes de la pandemia la cobertura y calidad de las intervenciones para prevenir y atender a esa población eran precarias, esta situación se ha agravado por la saturación de los servicios de salud” y las medidas de aislamiento y el desempleo.