El año pasado, 70 mil extranjeros pidieron el estatus de refugiado
Jueves 25 de junio de 2020, p. 12
En el lustro pasado, el número de solicitantes de refugio en México ha aumentado 2 mil 800 por ciento, y aunque la labor de atención a dicho sector no se ha detenido por completo, el gobierno del país tampoco ha logrado gestionar la demanda en su totalidad, debido a falta de recursos económicos y a fallas en sus procesos administrativos.
Así lo advirtieron los participantes en el conversatorio virtual El derecho de asilo en tiempos de Covid-19, quienes alertaron que esta situación pone en un riesgo mayor a una población especialmente vulnerable, ante el aumento de la violencia, la corrupción y la criminalidad en la frontera norte de México.
Josep Herreros, oficial principal de Protección del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados en México (Acnur), resaltó que en 2014 la cifra de aspirantes a refugio en el país fue de 2 mil 500 personas, mientras en 2019 ascendió a 70 mil –aumento de 2 mil 800 por ciento–, número que probablemente va a repetirse en 2020.
Aunque subrayó que el gobierno debería ser capaz de gestionar ese reto, el especialista señaló que en 2019 se redujo el presupuesto de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, y si bien este año esos fondos tuvieron un ligero repunte, no es suficiente para cubrir las necesidades en este tema y no se puede depender de la ayuda internacional.
A decir de Herreros, el asunto no sólo depende del dinero que se tenga, sino también de los procedimientos administrativos, por lo que llamó a que exista mayor coordinación con la sociedad civil para evitar fenómenos de deportaciones masivas injustas.
Por su parte, la periodista estadunidense Emily Green, ganadora del Premio Pulitzer 2020 por un audiorreportaje sobre el fenómeno migratorio, alertó que a la fecha se ha llegado a niveles históricos
de deportación de solicitantes de refugio en Estados Unidos, muchos de los cuales deben esperar años en la frontera norte de México a que se atienda su petición.
De igual manera, advirtió que los grupos del crimen organizado tienen un control prácticamente absoluto de ciudades con alto número de migrantes y aspirantes al refugio, como Nuevo Laredo, y lamentó que aunque Donald Trump no gane las elecciones presidenciales del próximo 3 de noviembre, la política migratoria de Estados Unidos difícilmente va a cambiar en el corto plazo.