Es desesperante ver a los pacientes agravarse y no poder hacer nada
Jueves 25 de junio de 2020, p. 2
Ver que familias completas están hospitalizadas, graves –el papá, la mamá, uno o dos hijos, un primo y el tío–, y que la mayoría de sus integrantes muere por el coronavirus, así como el bajo nivel de oxigenación de los enfermos a su llegada al nosocomio, son algunas de las situaciones que más han impactado al personal médico.
En urgencias vemos pacientes críticos, pero no como ahora
, y tampoco me había tocado ver tanto desapego a la medicina basada en ciencia
, afirma el doctor Thierry Hernández, jefe del servicio de Urgencias del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.
Hernández se refiere a las constantes noticias de medicinas que se anuncian como fundamentales
o que curan el coronavirus, cuando no lo han demostrado científicamente. Estamos en una situación desesperante, porque vemos a nuestros pacientes que se agravan y no hay nada que podamos hacer por ellos
.
Por eso se entiende que se recurra a maniobras que no cuentan con evidencia científica. Hay fármacos que potencialmente sirven, pero eso es distinto a vender la idea de que son la cura. Tenemos la obligación de ser prudentes. La ciencia tiene un camino y si no se preserva se puede causar daño a los pacientes
.
Sobre las familias infectadas, comentó que a veces es consecuencia de que mantienen las reuniones sociales y, en otras, cuando algún integrante se infecta hay cinco o seis en su entorno que lo cuidan sin las medidas de prevención.
El experto lamenta que de alguna manera estén viendo lo mismo que con la influenza A/H1N1 en 2009: la mayor afectación en adultos jóvenes de 40 a 50 años, con falla respiratoria grave como consecuencia de la obesidad, diabetes y/o hipertensión arterial. Seguimos pagando muy caro el descuido de las enfermedades crónicas
.
Agrega que recientemente bajó un poco
la demanda de servicios. En la mayor intensidad de la pandemia, en el área de urgencias se daban alrededor de 100 consultas al día y se internaban a 25 pacientes. Ahora seguimos a tope
, con 80 consultas diarias y 15 ingresos en promedio. La cifra varía dependiendo del día de la semana que se trate. En fin de semana baja la demanda y los lunes vuelve a subir.
El especialista, originario de Chihuahua, también enfrenta un dilema personal: su esposa es doctora, tienen dos hijos pequeños a los que debían resguardar, pero el problema es que no tienen más familia aquí.