Madrid. El patrimonio cultural de México y España se está convirtiendo en un legado común, sobre todo a raíz de los archivos digitales que se han ido formando a lo largo de años recientes. La Biblioteca Nacional de España (BNE) informó que la colección sobre documentos históricos ha aumentado considerablemente, al sumar ya mil 208 recursos disponibles en la Biblioteca Digital del Patrimonio Iberoamericano (BDPI). La mayoría proceden de la prensa novohispana y también se encuentran algunos libros fundamentales en la historia de la edición y los diccionarios bilingües en México y en América.

Se pretende reunir el inmenso legado cultural y bibliotecario del conjunto de la comunidad iberoamericana en un proyecto en torno a un portal, el de la BDPI, que fue impulsado desde hace más de ocho años por la Asociación de Bibliotecas Nacionales de Iberoamérica, con el propósito de permitir el acceso desde un único punto de consulta a los recursos digitales de todas las instituciones participantes. La primera piedra de un proyecto tan complejo se puso en la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno celebrada en diciembre de 2014. El portal nació con la finalidad de difundir el patrimonio de cada una de las bibliotecas implicadas en el plan y facilitar que el mayor número posible de ciudadanos se acerque a él.

El portal ha ido creciendo en función de la digitalización de las colecciones nacionales, que en el caso de la Biblioteca Nacional de México es una de las más completas y ese proceso ya está muy avanzado, así como el de automatización y normalización de sus catálogos, adaptándolos a estándares internacionales de descripción e intercambio. La aspiración es hacer públicos y de fácil acceso 650 mil recursos de objetos digitales patrimoniales e históricos por medio de un único punto de consulta de las bibliotecas de los países participantes: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, México, Panamá, Perú, Portugal, República Dominicana y Uruguay.

Las bibliotecas suministran un conjunto mínimo de datos bibliográficos que son indexados y almacenados en un servidor en la BNE, que coordina el proyecto desde su sede central. Las consultas se realizan sobre estos datos almacenados, pero los objetos digitales siempre son visualizados en el entorno de la biblioteca suministradora. Por eso la importancia del aumento de la colección de México, que se logró gracias a la aportación de la Biblioteca Nacional Digital de México y que está formada por impresos de la actividad de las prensas novohispanas durante el periodo comprendido entre la constitución del virreinato de la Nueva España en 1535 hasta la consumación de la Independencia en 1821.

Entre los documentos digitalizados y que a partir de ahora se pueden consultar desde el portal se encuentran 23 impresos del siglo XVI, entre los que destaca Dialectica resolutio cum textu Aristotelis, de fray Alonso de la Vera Cruz, conocida como uno de las primeras obras publicadas en México para la Real Universidad. Un libro que fue impreso en 1554 en los talleres de Juan Pablos, el primer impresor autorizado de México.

También se encuentra un impreso de autoría franciscana titulado Aquí comienza un vocabulario en la lengua castellana y mexicana, compuesto por fray Alonso de Molina, que imprimió Juan Pablos en 1555, y que supuso el inicio de la publicación de diccionarios en español y lenguas indígenas. Del mismo autor también se incluyó Confesionario breve, en lengua mexicana y castellana, impreso en 1565 por Antonio de Espinosa, quien llegó a México para trabajar como fundidor y tallador de letras en la imprenta de Juan Pablos y que, con el tiempo, se convirtió en el segundo impresor de América.