A menos de seis meses de que el Banco del Bienestar se fijó el objetivo de terminar de construir la mitad de las 2 mil 700 sucursales nuevas que tendrá la entidad, según el plan oficial, no hay claridad en la manera en que adquirirán cajeros automáticos, elementos clave para su operación.

Por un lado, en noviembre de 2019 la empresa sudcoreana Hyosung aseguró que el gobierno federal le hizo un pedido de 8 mil cajeros automáticos, por un monto de 203 mil millones de wones (3 mil 300 millones de pesos al tipo de cambio de entonces), como parte del Proyecto ATM Rural del gobierno mexicano.

Sin embargo, el fin de semana, Rabindranath Salazar, hasta ayer director general del Banco del Bienestar, aseguró que no se ha pagado un solo peso por ningún cajero coreano. Incluso, indicó que se realizará una nueva licitación, pues ya no se necesitan 8 mil cajeros, sino 2 mil 700, que es la cantidad de sucursales que se construirán de dicho banco.

En un principio se había pensado que los cajeros fueran colocados en los Centros Integrales del Desarrollo. Se hablaba de un convenio de 8 mil. Sin embargo, con la construcción de las sucursales eso cambiará. Se instalarán en las sucursales, por lo que se tendrá que hacer un ajuste y se reducirá el monto. También se tendrá que hacer una nueva licitación; entonces, no se ha pagado ni un peso, manifestó Salazar.

El anuncio que hizo Hyosung sobre el pedido de cajeros que le solicitó el gobierno mexicano se dio poco después de que su presidente, Hyun-Joon Cho, se reunió con López Obrador.

En ese momento la firma sudcoreana acompañó el comunicado con una foto de la reunión en Palacio Nacional, en la cual se observa al mandatario mexicano sosteniendo un bate de beisbol autografiado por Shin Hyun-soo, el jugador más importante de ese país, obsequio del empresario, sabedor de la afición de López Obrador por ese deporte.

Los socios

Hyosung es un conglomerado sudcoreano con ramas en múltiples sectores. El más conocido es el de fabricación de motocicletas. La compañía es parte de una organización llamada Cámara de Comercio Intercontinental de Houston (ICC, por sus siglas en inglés), cuyo presidente es Alejandro del Valle de la Vega, quien fue colaborador del priísta Arturo Montiel a principios de la década de 2000.

Del Valle tiene como uno de sus principales socios en ICC Houston a Carlos Cabal Peniche, quien funge de copresidente del organismo.

Peniche, quien ahora se dedica principalmente a la producción y exportación de mango en su natal Tabasco, ganó en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari la licitación para adquirir el banco Unión-Cremi, el cual, en ese sexenio, tuvo que ser rescatado por el gobierno por falta de capitalización.

Al mismo tiempo, la Secretaría de Hacienda inició una investigación que derivó en que las autoridades de procuración de justicia giraran una orden de aprehensión por fraude contra el banquero, quien alcanzó a huir del país.

El rescate de Unión-Cremi fue el primero que realizó el Fondo Bancario de Protección al Ahorro –antes del que hizo al sector en el sexenio de Ernesto Zedillo–. En ese momento tuvo que absorber 4 mil 650 millones de pesos, a lo que después se sumaron 700 millones en autopréstamos que se hizo Cabal.

El empresario fue detenido en 1998 en Australia. Tras un largo proceso de extradición fue entregado a México, donde fue condenado a sólo 90 días de prisión. Hoy, más de 25 años después de ese fraude, el organismo del que es parte representa a una firma coreana que busca vender cajeros al Banco del Bienestar.