Turín. Con un duelo entre dos clubes históricos regresó el futbol italiano, aunque las secuelas deportivas por los tres meses de suspensión debido al coronavirus se reflejaron en el frío marcador 0-0 (global 1-1) entre Milán y Juventus, que pese a la igualada avanzó a la final de la Copa de Italia bajo el criterio de gol de visitante.

El momento de mayor tensión de la reanudación del Calcio fue cuando el delantero portugués Cristiano Ronaldo erró al minuto 26 un penal en un encuentro dominado por la Juve frente a un Milán, que jugó con 10 hombres casi to-do el partido. No obstante, ambos equipos carecieron de brillantez, una secuela evidente de la larga inactividad desde marzo.

El equipo de Turín, campeón de cuatro de las recintes cinco ediciones de la Coppa, disputará la final el miércoles en el estadio Olímpico de Roma frente al vencedor del duelo entre Nápoles e Inter, que se enfrentarán el sábado en la vuelta de la segunda semifinal luego de que los napolitanos se impusieron 1-0 en el primer encuentro.

Exactamente 100 días después de la fecha en que debió realizarse el partido entre La Vecchia Signora y Milán, los clubes ingresaron por fin en la cancha de Turín, aunque sin aficionados como medida de precaución. Tal como al inicio de cada encuentro en casa, el anunciador presentó al club local con un resonante Damas y caballeros ... la Juventus. Sólo que esta vez obtuvo como respuesta un silencio.

El pegajoso himno de la Juventus, que normalmente es entonado de manera emotiva por cerca de 40 mil aficionados con sus bufandas en alto, se escuchó por los altavoces, pero resonó en un estadio vacío.

La Juventus y el Milán entraron por separado bajo un mutismo estremecedor. Y de manera paradójica, guardaron un minuto de silencio en memoria de los más de 34 mil muertos por el Covid-19 en Italia.

Después vino una ronda de aplausos para los trabajadores de salud. En la camiseta del Milán se leía un mensaje en honor a los médicos, personal de enfermería y ambulancias y a los voluntarios que luchan contra el virus, con un arco iris y la frase Andra Tutto Bene (Todo irá bien), dos de los símbolos del confinamiento en Italia.

En el calentamiento, los jugadores de ambos equipos lucieron playeras con el mensaje No al racismo, en apoyo al movimiento Black Lives Matter que comenzó tras el asesinato de George Floyd, quien fue asfixiado bajo la rodilla de un policía blanco en Minneapolis, Estados Unidos.

En el duelo de ida que se jugó en febrero, Cristiano Ronaldo igualó el partido para La Vecchia Signora al transformar un penal en los últimos instantes. Un acierto que fue decisivo para que la Juventus elimine a los rossoneri. Aunque en esta ocasión, el portugués no pudo ser el héroe.

Andrea Coti cometió una mano al minuto 16 y con intervención del VAR se marcó un penal a favor de los locales. Cristiano fue el encargado de cobrar la pena máxima, pero falló y mandó el balón al poste izquierdo como pocas veces lo ha hecho en su carrera, mientras sus compañeros pasaron de la alegría a la desilusión.

Poco después, el delantero Ante Rebić fue expulsado por una falta sobre el zaguero brasileño Danilo. Así, los rossoneri perdieron al único jugador que podía representar una auténtica amenaza de gol, luego de que Zlatan Ibrahimović cumple con una suspensión.

Esos minutos fueron los más eléctricos del partido. En el resto quedó en evidencia por momentos la falta de ritmo competitivo.

Fue difícil al principio jugar en un estadio vacío y después de noventa días, dijo el defensa de la Juventus, Leonardo Bonucci. Espero que podamos dar a la gente en su casa esperanza y alegría. Queremos darles algo más el miércoles, apuntó en alusión a la final.

Hubo estrictas medidas de seguridad en las inmediaciones del estadio. No obstante, un puñado de hinchas recibió al autobús de la Juventus afuera del recinto.

El torneo liguero de la Serie A se reanudará el 20 de junio y allí la Juventus se encuentra de líder, aunque con apenas un punto de ventaja sobre la Lazio, cuando quedan 12 jornadas para el final del campeonato.