La secretaria de Salud, Oliva López Arellano, aseguró que en la red de hospitales de la Ciudad de México, el pico mayor de pacientes con Covid-19 fue entre el 18 y 21 de mayo, cuando se saturaron los servicios, y a partir de esa fecha comenzó a disminuir.

Por eso se prevé que en unos días estará por debajo de 65 por ciento de ocupación que se requiere para cambiar el semáforo a naranja.

Detalló que desde abril, cuando inició la reconversión de hospitales para atender a pacientes con Covid-19, se incrementó muy rápido su ocupación. Hubo momentos con 600 camas ocupadas en el conjunto de los hospitales. El día de hoy estamos ligeramente por abajo de las 400.

Agregó que la tercera semana de mayo hubo alta demanda y saturación en el área de urgencias, pero después se estabilizó y va a la baja, tanto en hospitalizaciones generales como de pacientes intubados.

En el Hospital Tláhuac el porcentaje de intubados el 26 de abril era de 29 puntos, en este momento es 18; en el Pediátrico de La Villa era de 37 y ahora es de 20 por ciento, en el Ajusco era de 24 el 1º de mayo y en este momento de 19 por ciento.

Comentó que cuando se presenta el promedio de toda la ciudad en conjunto con el del valle de México y los hospitales de los institutos nacionales, los del IMSS y el Issste, este promedio de disminución ya no es tan contundente, pero de cualquier forma evidentemente sí se muestra que hay una tendencia a la baja.

Señaló que con el programa denominado Detección, protección y resguardo de casos Covid-19 y sus contactos, que incluye la aplicación masiva de pruebas PCR, se apuesta a reducir los niveles de contagio y abatir la velocidad de los mismos.

Estamos seguros que este control de brotes, esta identificación temprana, esta reducción de tiempos de entrega de los resultados nos va a permitir, de manera muy intensiva, aislar a las personas que tienen Covid-19 y a sus contactos para tener resultados positivos.