Opinión
Ver día anteriorViernes 12 de junio de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Penultimátum

Estatuas con los días contados

M

uchos habitantes de Bristol, Inglaterra, desconocían la vida de Edward Colston (1636-1721), honrado con una estatua por dedicar parte de su fortuna a obras de beneficencia. La obtuvo como miembro de la compañía que transportó a 80 mil hombres, mujeres y niños como esclavos de África a América. Varios grupos sociales ya habían pedido que fuera retirada. El domingo, miles de manifestantes finalmente la derribaron y arrojaron al río Avon.

Otra estatua, la de William Carter Wickham, erigida en 1891, fue tumbada por manifestantes en Richmond, Virginia. Abogado y político, dueño de una plantación, fue general de caballería del ejército confederado que durante la guerra civil de Estados Unidos (1861-1865) defendía la esclavitud.

En Richmond tienen sus días contados las estatuas de los generales Robert Lee y Fitzhugh Lee, también partidarios de la esclavitud, mientras de la Marina estadunidense serán retiradas todas las banderas confederadas y objetos que recuerden a ese ejército. Ese estandarte hoy día es empleado por los grupos ultraderechistas de Estados Unidos.

Cruel benefactor de la humanidad

Princeton es una de las universidades más prestigiosas del mundo. Pero con una magna escultura vertical del artista Walter Hood honra a Woodrow Wilson, un racista. Fue su rector y se opuso al ingreso de estudiantes negros. Y como presidente de Estados Unidos defendió la supremacía blanca.

En Bélgica recuerdan a Leopoldo II (1835-1909) como estadista y benefactor de la humanidad, pero bajo su reinado fueron masacrados en el Congo 10 de sus 20 millones de habitantes, con una crueldad que Joseph Conrad denuncia en su novela El corazón de las tinieblas, así como Conan Doyle en Crimen en el Congo.

Miles de manifestantes vandalizaron en Londres una estatua de Winston Churchill. Sí, el que definió al pueblo indio como gentes embrutecidas con una religión embrutecida, y a los palestinos como hordas de bárbaros que se alimentan de excrementos de camello, el mismo que dijo: “‘Mantengamos una Inglaterra blanca’ es un buen eslogan”.

Pese a Donald Trump, otras estatuas de racistas y esclavistas tienen los días contados.