Sociedad y Justicia
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A sus 90 años, Hamako Mori conserva su gran destreza en videojuegos
 
Periódico La Jornada
Domingo 7 de junio de 2020, p. 31

Cada día, Hamako Mori, una japonesa de 90 años, repite el mismo ritual: estira a conciencia los dedos antes de agarrar los mandos de la consola para no perder la destreza cuando empiece la partida.

Después de 40 años de pantalla y de haber jugado más de 200 juegos, Mori fue designada la streamer (persona que juega un videojuego, lo comenta y difunde) más anciana del mundo por el Libro Guinness de los récords. La jubilada, que vive con su familia en Chiba, un suburbio de Tokio, juega como mínimo tres horas al día. Cuando la partida es interesante lo hace hasta las dos de la madrugada.

Soy una apasionada de los juegos, reconoce con una expresión afable y distinguida. Alivia su estrés –dice– matando monstruos a través de la pantalla.

En 1981 descubrió los videojuegos cuando compró una consola Epoch Cassette Vision, después de ver lo mucho que disfrutaban los niños jugando. Fue saltando de una generación de consolas a otra, como la Nintendo 64 o ahora la PlayStation, que su familia le regaló cuando cumplió 90 años.

Entre sus favoritos destacan la serie de los Grand Theft Auto o el juego de rol Elder Scrolls V: Skyrim, en el que aprecia poder hacer lo que quieras, libremente.

Miles de visitas en YouTube

Aunque no es aficionada a los juegos en red, comparte sus partidas con otros jugadores a través de su canal de YouTube, lanzado en 2014, que alimenta con tres o cuatro nuevos videos mensuales. El canal cuenta con más de 300 mil suscriptores. Es más divertido que te observe mucha gente que jugar sola, dice.

En su canal Gamer Grandma (la abuela jugadora) Hamako Mori transmite las partidas y escenas de su vida cotidiana. Los videos logran regularmente varios millones de visitas. Pero los videojuegos nuevos requieren una cierta agilidad de las manos que a su edad falla. Se está poniendo difícil, de verdad, reconoce. Honestamente, no soy una buena jugadora.

Pero ella no se rinde. Al contrario: ejercita las manos y los dedos todos los días antes de jugar. Logro hacer muchas cosas, no voy a parar sólo porque es difícil, al contrario, es un desafío. Y prefiero esto que no hacer nada, añade.