El reparto equitativo del trabajo doméstico y el empoderamiento económico de las mujeres ayudan a reducir los riesgos de que sufran violencia física en los hogares, de acuerdo con Equis Justicia para las Mujeres.

En el país, más de 78 por ciento de las víctimas de agresiones en las familias son del sexo femenino, expuso Ana Pecova, directora de la organización.

Refirió que, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre la Seguridad Pública, de quienes han sido golpeados por un familiar, nueve de 10 son mujeres, proporción similar de quienes son amenazados por un integrante de este núcleo –ocho de cada 10–; de quienes han sido violadas, el ciento por ciento son del mismo sexo.

Al señalar que la violencia contra las mujeres en el hogar es un fenómeno muy complejo y multidimensional, relacionado con el contexto de desigualdades, de discriminación histórica contra ellas, pidió que se desarrollen políticas públicas para atender este flagelo más que campañas como Cuenta hasta 10.

En entrevista, Pecova destacó que estudios han revelado que las mujeres que son independientes económicamente tienen menos riesgos de vivir violencia física en sus casas, aunque persiste la de tipo sicológico.

En la actualidad, mencionó, las mujeres participamos mucho menos en el mercado formal laboral, sólo 42 por ciento, frente a 77 por ciento de los hombres. Por ello, tenemos un gran pendiente que, aunque no parece, tiene un efecto en nuestra capacidad de enfrentar la violencia. Sobre el reparto del trabajo domestico, expuso que cuando participan más los hombres, de alguna manera los hace más sensibles; probablemente aprecian más y reconocen lo que significa. Hay otras actitudes menos basadas en estereotipos, y esos hogares son en los que se documenta menos violencia familiar.