Martes 19 de mayo de 2020, p. 14
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente clausuró un centro de acopio de residuos peligrosos biológico-infecciosos (RPBI) en Cuautinchán, Puebla, por mala disposición de alrededor de 6 mil metros cúbicos de esos desechos. También halló 3.5 toneladas abandonadas en parajes de Las Cebadillas y El Cabro del municipio de Nicolás Romero, en el estado de México.
En el primer caso presentó una denuncia ante la Fiscalía General de la República, porque el centro realizaba el servicio de recolección, transporte, acopio y tratamiento de RPBI sin contar con un resolutivo en materia de impacto ambiental, ni autorización de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales para prestar servicios de incineración y esterilización de los residuos.
En un comunicado la Profepa explicó que el almacén no contaba con las medidas adecuadas para el almacenamiento, las cajas de refrigeración no funcionaban, rebasaba su capacidad de almacenamiento, encontrando RPBI fuera del almacén a cielo abierto y sobre suelo natural, con presencia de derrames de líquido hemático (sangre) y otros líquidos corporales. Precisó que le impuso la clausura total temporal.
Residuos abandonados
En el caso de los residuos abandonados en el estado de México, informó que realizó visitas de inspección a mediados de abril en los dos parajes del municipio de Nicolás Romero. Se trataba de residuos no anatómicos y anatómicos calcinados, por lo que pidió al cabildo llevar a cabo las medidas para prevenir el impacto en la salud de la población de la zona.