En tiempos de coronavirus el deporte luce desolador. No sólo por la inactividad mundial, sino porque la única posibilidad de retorno se anticipa sin su combustible natural: el público en las gradas. Una condición que pone en un predicamento a ciertos espectáculos cuya principal fuente de ingreso es la taquilla, como explica Othón Díaz, presidente ejecutivo de Diablos Rojos de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB).

Sin público es imposible pensar en el inicio de la temporada del beisbol mexicano, afirma Díaz.

Si el fin de semana el retorno de la Bundesliga provocó sentimientos encontrados, por una parte volver a ver una competencia en vivo en estos días de encierro, al mismo tiempo se lamentaba la extrañeza de los estadios vacíos y silenciosos. Díaz tuvo ambos sentimientos, pero sobre todo sintió preocupación, pues en el beisbol mexicano no existen otras fuentes de financiamiento.

A diferencia de otros deportes, en el beisbol no tenemos ingresos importantes de patrocinios y ni de televisión, pues en muchos casos ni siquiera se cobra por la transmisión, agrega; la subsistencia de este deporte está ligada directamente con el monto de las entradas y los consumos dentro de los estadios. Un panorama así colocaría a muchos equipos en situaciones insostenibles.

Además del protocolo que exhibió el retorno de la Bundesliga, donde no sólo se modificaron comportamientos habituales y se incluyeron medidas sanitarias, también se dio a conocer el trabajo que realizan en este sentido las Grandes Ligas de Beisbol de Estados Unidos, que de manera previsible también serán un referente para la LMB.

Seguimos con atención las medidas que ponen en marcha otros deportes en el mundo y, desde luego, las Grandes Ligas, añade Díaz; pero nuestro referente principal dependerá de lo que definan las autoridades en México; hasta que tengamos esas recomendaciones, nosotros podremos avanzar hacia una posible fecha de inicio de la temporada.

Retorno diferenciado

Por ahora se mantienen a la expectativa de la evolución de la pandemia en México y a la respuesta de las autoridades tanto federales como locales. Aunque se mantienen con reservas, reconocen que también les preocupa otro reto cuando sea posible volver a cierta actividad controlada en algunas regiones a diferencia de otras.

La LMB se disputa en varias ciudades de nuestro país, expone; si el sistema de retorno a la actividad está condicionado de distintas maneras en la República, en algunas ciudades sí, mientras en otras será imposible, pues nos coloca frente a un reto muy complicado donde aún no tenemos respuesta.

Si el protocolo incluirá nuevos códigos de comportamiento durante entrenamientos y partidos, controles médicos y aislamiento de los equipos, es aún muy prematuro para adelantar, plantea Díaz. Lo único de lo que tiene certeza es que la LMB sufrió un golpe muy fuerte con la pandemia y que afecta como onda expansiva no sólo a los equipos, sino que alcanza a toda la gente que vincula sus formas de ganarse la vida alrededor del juego de la pelota.