The Economist Intelligence Unit
Domingo 10 de mayo de 2020, p. 18
La pandemia del nuevo coronavirus tendrá un costo enorme en México, debido a una menor recaudación y en medio de una economía débil, pero también por la mala salud de Petróleos Mexicanos (Pemex), lo cual influirá en el aspecto fiscal, sostiene un reporte publicado por The Economist Intelligence Unit.
El documento asegura que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador tardó en atender la emergencia sanitaria. Si bien emitió la cuarentena y brindó cierta protección laboral para los trabajadores del sector formal, el mandatario mexicano, subraya, parece negar la gravedad de la crisis.
El reporte considera que la pandemia de Covid-19 ejercerá presión sobre las finanzas públicas en el periodo 2020-2021.
Además, que habrá un mayor costo del servicio de la deuda debido a la rebaja de la nota crediticia de Pemex y sus efectos colaterales en la calificación soberana.
En la medida en que se contenga el avance de la enfermedad en México y se acelere la recuperación económica, enfatiza, el déficit fiscal se reducirá gradualmente, con un promedio de 2.7 por ciento del producto interno bruto (PIB) en 2022-2024.
Lo anterior, expresa, se verá respaldado por el aumento de los precios del crudo, dada la contribución del petróleo a los ingresos.
Resalta que la crisis y los problemas con Pemex provocarán un rápido aumento, en más de 10 puntos porcentuales, de la deuda pública como proporción del PIB, o la razón deuda-PIB en 2020-2021, pues se verá exacerbada por la reciente depreciación del peso.
Pronostica que el aumento de la deuda pública pasará de 47.1 por ciento del PIB en 2019 a 58.3 este año y a 59.8 en 2021.
Aunque ello, añade, supone que la calificación de Pemex será degradada a bono basura por otra calificadora y el gobierno asumirá algunos pasivos de la empresa estatal.
Sobre el crecimiento del país, The Economist Intelligence Unit prevé una contracción de 6.5 por ciento debido a fuertes caídas del consumo privado y la inversión.
Esta última se vería duramente afectada
por la débil respuesta del gobierno al nuevo coronavirus
, aseveró.
Tras la pronunciada caída del PIB en el segundo trimestre y el desplome de las demandas interna y externa en verano, será en los últimos tres meses cuando comenzará la recuperación.
La débil inversión pública y los altos niveles de pobreza también frenarán el crecimiento
, agrega. Sin embargo, espera que el país crecerá gradualmente, a diferencia de la crisis financiera mundial de 2008-2009.
Prevé para 2021 un crecimiento de 2.4 por ciento, aunque estadísticamente lo considera un dato flojo.