El fideicomiso 1928, del cual la Comisión Nacional del Agua (Conagua) es coordinadora técnica, no desaparecerá porque cuenta con recursos de la capital del país y del estado de México, informó el organismo.

Indicó que la comisión mantendrá el esquema de regresar el dinero que esas entidades pagan por aprovechamiento del líquido (con lo cual se financia el fideicomiso) y se destina a obras de saneamiento.

Esto es así, pese a que en 2016 la Auditoría Superior de la Federación detectó diversas irregularidades en este instrumento.

Tampoco se extinguirá el fideicomiso 1490, que apoya programas, proyectos y acciones ambientales de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (Came), ya que cuenta con aportaciones de los gobiernos de la Ciudad de México, el estado de México, Hidalgo, Morelos, Puebla y Tlaxcala.

También se financia con recursos de las verificaciones vehiculares, explicó el subsecretario de Fomento y Normatividad Ambiental de la Semarnat, Julio Trujillo.

Sobre el Fideicomiso 1928, establecido en 1997 pero con distintas modificaciones en más de dos décadas, la Conagua informó que fue notificada por la Secretaría de Hacienda de que no se le aplican las disposiciones del decreto del 2 de abril que ordenó la extinción de fideicomisos, aunque este instrumento recibe ingresos federales.

Montos modificados en cinco contratos

De acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación, su patrimonio en 2016 fue de 4 mil 335 millones de pesos.

Indicó que en la revisión, de tan sólo cinco contratos, se encontró que se modificaron los montos originalmente establecidos, que en su conjunto presentaron un incremento de 20.6 por ciento, lo cual ocasionó retraso en obras y servicios.

Esto llevó a un incremento en sus costos, lo cual explica por qué no se ha logrado subsanar el problema de las inundaciones en el Valle de México, por lo cual prevalece la falta de capacidad para el desalojo pluvial.

Elena Burns, de la coordinadora nacional Agua para todos, en entrevista ejemplificó que con ese fideicomiso, luego de una campaña que advertía que la Ciudad de México tendría una megainundación, se determinó que se llevara a cabo la construcción del Túnel Emisor Oriente, cuyo costo inicial se previó en 9 mil 500 millones de pesos, pero al final se le destinaron alrededor de 50 mil millones de pesos.

El objetivo de este túnel y de la planta de tratamiento de aguas residuales de Atotonilco era desecar el oriente de la ciudad para la construcción del aeropuerto, recordó.

También, agregó, bajo el fideicomiso se llevó a cabo el canal general, en los límites del valle de Chalco y Tláhuac, que no va a ningún lado.