De forma recurrente, en el pasado los gobiernos de PRI y PAN manejaron de manera discrecional el Presupuesto de Egresos. En la Cámara de Diputados se dieron debates sobre las bolsas de recursos acumuladas por los secretarios de Hacienda, que tenían dos orígenes: la subestimación permanente de los ingresos y los excedentes petroleros.

En el sexenio pasado, los excedentes fueron de 2.3 billones de pesos y mientras la cámara autorizó 757 mil millones a ejercer en el ramo 23, entre 2013 y 2018, el Ejecutivo gastó 1.3 billones.

En los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón también se mantuvo esa tendencia: ambos dispusieron de excedentes de casi 4 billones y los ex presidentes no reportaron a la cámara el destino de esos fondos.

En ese contexto, el dirigente nacional de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, planteó que la propuesta presidencial de reformar la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria es una oportunidad para terminar con la discrecionalidad en el ejercicio del gasto.

Desde 2006, año de la promulgación de la Ley de Presupuesto, ha crecido el debate sobre la necesidad de regular el equilibrio de los poderes en la definición, la ejecución y fiscalización del gasto público en nuestro país, indicó.

Como parte del debate se plantea regular el uso de los excedentes de ingreso que en sexenios anteriores alcanzaron cifras de escándalo, y finalmente el papel de la Cámara de Diputados en las reasignaciones de gasto realizadas por el Ejecutivo federal. A pesar de los excedentes en el sexenio pasado, la deuda llegó en diciembre de 2018 a 8 billones 315 mil millones de pesos, al mismo tiempo que se dejaron de ejercer más de 150 mil millones de pesos en inversión pública, que cayó 25 por ciento.

Para Ramírez Cuéllar, el uso de excedentes al antojo de los ex presidentes, sin ningún control, en la opacidad absoluta, no ayudó a reducir la deuda ni para realizar mayor inversión pública. “El único ramo que se fortaleció en ese gobierno fue el de la discrecionalidad, el ramo de los moches, desde donde se construyó una política de clientelismo y corrupción”.

Desde 1997, cuando el PRI perdió la mayoría en la Cámara de Diputados hasta 2020, el presupuesto creció 2 billones 633 mil millones de pesos, y a pesar de las disposiciones legales, los legisladores han permanecido al margen en el ejercicio de su atribución exclusiva de asignar el gasto.

En cada discusión de presupuesto, lo más que los diputados han reasignado es entre 3 y 5 por ciento del proyecto enviado por el Ejecutivo, pero éste a su vez reasigna más de 15 por ciento, al margen de la cámara.

Si bien la Comisión de Presupuesto canceló la sesión de trabajo para discutir, este martes, la iniciativa presidencial, Ramírez Cuéllar consideró que la reforma puede aplicarse no sólo a la reasignaciones presupuestales, sino al debate sobre adeuda, déficit, protección de reservas, estímulos fiscales, y programas contra el ciclo económico de fomento y de generación de empleo.