Dos semanas con depresión y principios de anemia afectaron a la medallista panamericana Úrsula Sánchez ya recuperada de los momentos angustiosos que pasó cuando los planes para el medio maratón de Nueva York y el mundial de atletismo en Nankin, China, se cortaron de tajo, parte de su preparación rumbo a los Juegos Olímpicos de Tokio, aplazados para 2021.

Yo tenía como un hecho mi pase y sucede esto, me sentí muy mal y empecé a tomar malas decisiones, dijo la jalisciense, sexto lugar en el maratón de Houston en su primera incursión, donde quedó a dos segundos de la marca (2:29.30), pero estaba considerada para la justa japonesa con el nuevo reglamento de puntos de la World Athletics.

Úrsula es de Guadalajara y cambió su residencia a la Ciudad de México para entrenar en el Centro Nacional de Desarrollo de Talentos Deportivos y Alto Rendimiento (CNAR) bajo la dirección de Alejandro Salvador del que decidió separarse para regresar con su anterior técnico y ex esposo Cristóbal Herrera.

En la capital jalisciense y al lado de su familia, la fondista de 32 años, ha tomado las cosas con más mesura al recibir la ayuda de una sicóloga que le asignó Héctor García, director del CNAR, así como tener “comunicación directa con Ana Guevara (directora general de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte), quien siempre me ha apoyado y me dice que no me preocupe y siga adelante.

No me siento especial y ahorita estoy mucho mejor y más fuerte para dar la marca porque quiero cumplir al cien y no estar sujeta a uno ni dos segundos, expresó la campeona centroamericana en 10 mil metros en Barranquilla 2018 y bronce en Lima 2019.

“Como deportistas y más los mexicanos no podemos sentirnos que somos los únicos afectados, es general y tenemos que adaptarnos a este cambio (por el Covid-19) para lograr mejores resultados. No me voy a rendir porque me siento capaz y no pierdo la meta.

He seguido mi preparación afuera del estadio Akron en un circuito de 10 kilómetros. Salimos temprano a entrenar y aunque es poco, porque los límites de seguridad son más intensos por la pandemia del coronavirus, aplicamos las medidas sanitarias entre el grupo guardando la distancia y sólo usamos cubrebocas en el trayecto a casa, ida y vuelta, explicó la representante del Ejército y madre de Karina Zoe, de cuatro años.