Jueves 30 de abril de 2020, p. 22
Usar parte de la cosecha para cebar al ganado o donarla a bancos de alimentos se ha convertido en uno de los últimos recursos para el poderoso sector tomatero mexicano ante la imposibilidad de vender el producto a los locales de venta de comida de México y Estados Unidos por el encierro del coronavirus.
Sinaloa, el mayor productor de jitomate en México anualmente y también en esta época, ha sufrido una caída de su demanda de hasta 40 por ciento desde marzo, que ha golpeado sobre todo a los productores enfocados en food service, integrado por hoteles, restaurantes y cadenas como McDonald’s o Subway, dijeron agricultores a Reuters.
Estos negocios se encuentran entre los más afectados por las medidas impuestas en México para frenar la propagación del coronavirus.
Nos estamos peleando todos por (venderle a) los supermercados, y el que tiene más tiempo con ellos es el que se queda. El más chico tiende a tener problemas y desaparecer en la temporada
, explicó Enrique Rodarte, presidente de la Asociación de Agricultores del Río Culiacán.