La parálisis de actividades deportivas tiene un impacto mayor en las atletas. Guadalupe Martínez, campeona mundial del Consejo Mundial de Boxeo en peso supermosca, considera que eso es un efecto de la realidad en la que afrontan la brecha salarial respecto a sus colegas hombres.

Este paro de actividades hace más notoria la situación y el boxeo femenil no es ajeno, plantea Martínez; esta pandemia lo demuestra, porque lo que se paga a las mujeres no permite ahorrar para imprevistos, porque casi todo lo que se cobra está comprometido por los gastos de la preparación.

Además del enorme trecho entre lo que se paga a las mujeres en el deporte profesional y lo que reciben los varones, existe también una carga adicional en las responsabilidades que les atribuyen y que interfieren en sus entrenamientos en condiciones como la de este confinamiento.

En el boxeo femenil los sueldos no nos dejan tener un dinero para emergencias, explica; pero además, con una niña y un niño, debo dedicarles tiempo para tareas, atenderlos y tratar de que no los afecte tanto el encierro.

La campeona estaba lista para defender el título supermosca en este primer trimestre; con la llegada de la pandemia tuvo que interrumpir su preparación y tratar de adaptarse a una rutina muy limitada en casa.

El boxeo exige mucha dedicación, señala; con niños sin escuela y sin gimnasio, debo tratar de mantenerme en forma con lo que tengo. Sólo una caminadora con la que hago trabajo de cardio para no perder condición y algunos ejercicios de fuerza, pero es muy poco para lo que necesitamos.

Lupita tiene incertidumbre sobre el retorno a las actividades deportivas, según cálculos esto puede suceder hasta julio, por lo que piensa en los escenarios que depara el futuro.

Uno quiere regresar como sea, pero ya, exclama; “sabemos que ya no será como antes; mientras no haya vacuna contra el coronavirus, va a ser distinto para los deportistas, para todos… no va a ser fácil”.