Con el argumento de dar atención a los usuarios de Banco Azteca, las tiendas Elektra ubicadas en la Ciudad de México mantienen abiertas sus puertas al público en general, aunque dosifican el paso a una persona por familia, que sin problemas puede adquirir una motocicleta, un refrigerador, un juguete o un celular, entre otros artículos.

La empresa de Ricardo Salinas Pliego cuenta con cajas dentro de las tiendas, donde la gente puede realizar retiros, depósitos, pagos semanales, cobrar o enviar dinero al extranjero por conducto de Western Union o Money Gram.

Por ello ha obligado a los empleados en las diversas tiendas a no dejar de trabajar, a pesar de las disposiciones establecidas por la contingencia sanitaria, como sí lo han hecho otros establecimientos similares.

En un recorrido se supo incluso que en algunas sucursales amagaron con hacer nuevas contrataciones en caso de que los empleados decidieran no presentarse a trabajar por la emergencia de Covid-19.

De esta manera, los trabajadores, algunos de los cuales portan cubrebocas de tela y guantes, cumplen con sus horarios de nueve horas diarias y un descanso semanal de lunes a viernes, pues sólo jefes descansan el sábado o el domingo.

La declaratoria de emergencia sanitaria por causa de fuerza mayor, dijeron, no impide que las tiendas sigan trabajando, vendiendo productos que no son de primera necesidad y contratando cobradores para Banco Azteca, porque muchos se han atrasado en sus pagos.

El personal que facilita el ingreso, como vendedores y ejecutivos, son los que tenemos más riesgo de contagiarnos porque la gente no usa cubrebocas y viene a sacar una tarjeta para hacer compras o en busca de que se amplíen los plazos para pagar, agregaron.

Los cobros de dinero del extranjero o envíos, estimaron, han bajado más de 80 por ciento. Hace mes y medio, en las filas para ventanillas contabas más de 50 personas. Hoy, pasas luego luego porque son muy pocos los que están recibiendo y menos los que envían.

Las autoridades capitalinas, señalaron, no han cancelado la operación de las tiendas, donde es posible comprar lo que quieras, desde juguetes hasta salas o refrigeradores, los cuales puedes ver tranquilamente, pese a las cintas o lazos colocados para evitar el paso.

Al contrario, comentaron, en algunas sucursales hay una patrulla afuera. Una situación así se observó en la tienda ubicada en calzada de Guadalupe, aunque en la de Congreso de la Unión estaba un camión costero de la Secretaría de Seguridad Pública.

Los trabajadores entrevistados, quienes solicitaron su anonimato, explicaron que no tenemos de otra más que seguir trabajando, porque la empresa nos dijo que si cerraban, los pagos de salario se cancelaban y estaba en riesgo nuestra plaza.