Domingo 19 de abril de 2020, p. 6
La decisión de qué vida se debe salvar ante la eventual falta de equipo médico para atender a enfermos de Covid-19 no puede resultar de una simple ecuación sobre quién es más joven, como lo apunta el proyecto de guía bioética elaborado por el Consejo de Salubridad General, expuso Jorge Alberto Álvarez, investigador universitario Premio a la Excelencia en Salud Interamericana en Bioética 2007, por la Organización Panamericana de la Salud.
El fin de semana pasado, el consejo publicó una Guía bioética de asignación de recursos de medicina crítica, que ahora es presentado como borrador, en el cual se plantea que ante la posibilidad de que el sistema de salud se vea sobrepasado por la pandemia, la decisión de qué paciente recibe la atención debe considerar factores como edad, riesgos de comorbilidad e incluso, en caso de empate, el azar.
La guía se modificó por las duras críticas de la comunidad médica y científica, y tras el deslinde de la UNAM.
Escenarios irrisorios
Lo que se plantea en el documento son escenarios completamente irreales e irrisorios
, afirma Álvarez, investigador del Departamento de Atención a la Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana.
En el documento se compara la necesidad de un ventilador entre una persona de 80 años y otra de 20. Esta posibilidad es irrisoria porque sería rarísimo que alguien de 20 años necesite una ventilación mecánica
; lo más probable es que los médicos enfrenten la necesidad de decidir entre dos pacientes de edades más próximas, por ejemplo, uno de 50 y otro de 60 años.
Otro contexto es el de una persona de 50 años que aún labora y es derechohabiente del Instituto Mexicano del Seguro Social y una de 70 que ya se jubiló: ¿por qué seleccionar a alguien que va a poder seguir produciendo sobre otro que ya cotizó toda su vida?, ¿le van a negar el respirador? Es una arbitrariedad desde el punto de vista ético.
El asunto, indica, no debe abordarse de manera dicotómica porque en el mundo real se trata de algo más complejo y la experiencia de los médicos con pacientes en cuidados intensivos y condiciones de recursos escasos habla de grupos: aquellos que recibirán toda la atención, los que, por alguna situación, se les limitará la reanimación cardiopulmonar cuando son mayores de 80 años, con diabetes, obesidad e hipertensión, o porque el pronóstico sea muy malo y sólo se prolongaría la agonía al intentar salvarlos.
Este amplio abanico de posibilidades revela que se trata de un asunto en el que se requiere la opinión de los mil comités de bioética que existen en el país.