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El streaming es genial, pero no es lo mismo que el cine; faltan la pantalla grande y las palomitas, opinan

A casi un mes de confinamiento, estadunidenses añoran la experiencia de reunirse en una sala

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▲ Lo más pronto que esperan reabrir los recintos es en junio. La imagen fue captada en Beverly Hills, California.Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 17 de abril de 2020, p. 7

Nueva York. Jennifer Page bromea al decir que apenas han pasado cuatro meses y ya es la peor década de su vida.

Mesera en un centro turístico cercano, está sin trabajo por la pandemia. Luego que alguien dio positivo en el asilo de su madre, Page la mudó con ella a una habitación junto al comedor. Hace dos semanas falleció su padre. El día después del funeral ella y su familia salieron a caminar, y la pequeña de 5 años, Roxa, le pidió algo que muchos niños han anhelado.

“Me dijo: ‘mamá, cuando esto acabe, ¿podemos ir al cine?’”, contó Page, de 36 años, de Buffalo. “Ella repasó todo el proceso de ir al cine. Dijo ‘podemos comprar palomitas de maíz y cada uno tener su propia bebida y comprar dulces’”.

La pandemia del coronavirus está obligando al mundo a atravesar penurias sin algunos alivios confiables del pasado, el cine entre ellos. Por más de un siglo los cines han sido un refugio, un escape comunal, un lugar para soñar con los ojos abiertos comiendo palomitas y transportarnos lejos de todo lo demás.

Dinosaurio que va de salida

Un mundo sin cines, como el que estamos habitando temporalmente, ha sido muy presagiado. Ha sido pronosticado con todo avance tecnológico importante en los medios, en especial desde la llegada del streaming. Los cines, tan inconvenientemente ubicados fuera de casa, son un dinosaurio que va de salida, han dicho analistas.

Ahora tenemos una probada de lo que sería la vida sin cines. La mayoría lo ve como una oportunidad para que los servicios de streaming apresuren su anticipado dominio. Pero también ha generado un aprecio renovado por los placeres de ir a a ver películas a las salas y ha clarificado su papel único en la vida social. El aislamiento sólo ha iluminado el poder de sentarse juntos en la oscuridad.

Es una de esas cosas que no puedes apreciar realmente hasta que te la quitan, sostuvo John Bell, presidente del Tampa Theatre, palacio del cine de la década de 1920. “Esto definitivamente ha acelerado el vistazo al panorama de un futuro distópico, pero creo que los humanos son criaturas sociales y que, al final de cuentas, querrán reunirse otra vez. El streaming es genial, es conveniente, pero no es lo mismo”.

Casi un mes de confinamiento ha llevado a algunos a añorar más que nunca los pisos pegajosos de los cines. Sí, la gente mandando mensajes de texto unos asientos adelante eran un fastidio, y las películas no siempre eran extraordinarias, pero las listas en redes sociales de qué voy a hacer cuando esto acabe incluyen innumerables antojos de pantalla grande y palomitas.

Nada compensa la pérdida

Estar encerrado en casa ha hecho que para algunos la diferencia entre el cine y el streaming sea más aguda. Ni Tiger King ni los bocadillos de películas en capítulos de Quibi compensan esta pérdida de una noche en el cine.

En San José, California, Gary Walker, un estudiante de cine de 22 años, se ha entretenido viendo documentales en Netflix y series en Disney Plus, pero no ha sido suficiente.

Me muero de ganas de regresar, expresó Walker. Soy una persona a la que le gusta mucho la experiencia social de ir al cine, no sentarme en casa a ver una película solo. También me gusta hacer eso, pero es realmente diferente ir al cine con otras personas.

Los cines de Estados Unidos y muchos otros países han cerrado sus puertas indefinidamente por la pandemia. Los pocos que siguen abiertos son autocines, que han resurgido de forma repentina tras una caída de décadas. Las cadenas han dado licencia o despedido a sus empleados, muchos de los cuales son trabajadores de medio tiempo o por horas.

Es casi un hecho que la contingencia hará que algunos cines cierren de forma permanente. Los analistas dicen que AMC Entertainment, que preside la cadena más grande de Estados Unidos, está a punto de declararse en bancarrota. Para atravesar la tormenta, los propietarios de cines, al igual que muchos otros negocios, han pedido ayuda federal a través de un paquete de estímulos por el coronavirus.

Lo más pronto que esperan reabrir es en junio, y todos los grandes estrenos se han postergado hasta mediados de julio.

Importante para el tejido cultural y sicológico

La capacidad, cuando termine esto, de salir y disfrutar algo entretenido y asequible con tu familia y amigos será de gran importancia para el tejido cultural y sicológico del país, sostuvo John Fithian, presidente de la Organización Nacional de Propietarios de Cine. Queremos hacer eso, pero también necesitamos ser viables, señaló.

La asistencia al cine ha ido amainando en las pasadas dos décadas, un declive enmascarado por los elevados precios de los boletos. El año pasado, la taquilla doméstica recaudó 11 mil 400 millones de dólares. Ese ingreso es una de las principales razones por las que se cancelaron la mayoría de los próximos estrenos de grandes producciones: todavía puede hacerse mucho dinero en este sector.

Nadie espera que cuando los cines reabran la gente acudirá en masa a sus salas. Es probable que sigan en pie protocolos de distanciamiento social, al menos al principio. Además, mientras no haya una vacuna para el Covid-19, algunos tendrán dudas de ir a actos multitudinarios en lugares cerrados. El mes pasado, la empresa analítica EDO encuestó a cinéfilos y encontró que 70 por ciento respondió que posiblemente vuelva a las salas; 45 contestó que esperaría unas semanas, y 11 por ciento que esperaría meses.

Los cines cerraron por la pandemia de la Gripe Española de 1918, pero de manera menos coordinada. El sistema de los estudios siguió en la década de 1920, periodo que el historiador de Hollywood, William Mann, resume en Tinseltown: Murder, Morphine, and Madness at the Dawn of Hollywood.

Mann considera que esta pandemia de igual manera alterará el negocio del cine.

“Si de esto surge una apreciación renovada por regresar al glamur quizás en las películas, los cines encontrarán su camino. Las cadenas de cines podrían salir de esto con toda una nueva manera de decir ‘miren todo lo que podemos ofrecer, podemos hacer esta experiencia muy especial’”, agregó.

Mientras la pandemia continúa, un ecosistema más grande de streaming crece también. Los índices de audiencia se han disparado. Las fiestas para ver series o películas juntos pero a distancia, un derivado digital de la experiencia comunal de ir al cine, también van en aumento. Algunas salas han adoptado el streaming como aliado y han creado funciones online.

Pero ninguna de esas opciones –todas con su respectivo botón de pausa– nos da eso que tanto necesitamos ahora: un escape.