El Antiguo Colegio de San Ildefonso se rige por la figura jurídica de mandato, no por la de fideicomiso; es decir, por un convenio entre las secretarías de Cultura federal y local, y la Universidad Nacional Autónoma de México.

Ese singular mandato ha permitido el exitoso desarrollo de uno de los recintos más emblemáticos de la Ciudad de México, cuya histórica trayectoria ha estado siempre marcada por la educación y la cultura, explicó a La Jornada su director, Eduardo Vázquez Martín.

El Antiguo Colegio de San Ildefonso es una de las instituciones culturales que, junto con el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes y el Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad, se encuentra en evaluación por las secretarías de Hacienda y Crédito Público y la Función Pública, luego de que en días pasados fuera emitido un decreto presidencial que instruye a las dependencias y entidades extinguir o dar por terminados todos los fideicomisos públicos sin estructura orgánica o mandatos o análogos de carácter federal.

Para Vázquez Martín, en ese trabajo colaborativo y diálogo entre instituciones, que ha sido posible construir sólo con los años y el cual es muy difícil de repetir, es donde radica la importancia del desarrollo educativo y cultural del Antiguo Colegio de San Ildefonso, labor que ahora está en riesgo.

Además, expresó el funcionario, es un mandato que permite una rendición de cuentas transparente.

Si se trata de combatir la corrupción, explicó Vázquez Martín, la figura del mandato es todo lo contrario a la opacidad. En este caso, son tres instituciones públicas las que auditan la administración de San Ildefonso, que cuenta con un presupuesto de unos 25 millones de pesos. Cada una de las tres instituciones aporta cerca de 10 millones de pesos, al año.

A ello se suman las labores de un patronato, que también aporta recursos para proyectos específicos, y cuenta con un voluntariado de unas 100 personas.

De suprimirse la figura administrativa del mandato, la operación y el trabajo conjunto tendría que sufrir una transformación, y en estos momentos ninguna de las instituciones mandantes visualiza una mejor forma de administración que ese trabajo de colaboración, el cual ha resultado muy ágil y exitoso para operar.

Mucho se habla del trabajo colaborativo e interinstitucional; San Ildefonso es un ejemplo positivo de ello.

El mandato permite además que los recursos se apliquen sin estar sujetos a una normatividad exclusiva y sin entrar en contradicción con las otras instituciones, de manera que en un espacio común se desarrolla una diversidad de propuestas.

La historia de la educación y la cultura en México, destacó el funcionario, marca profundamente a San Ildefonso.

El decreto presidencial, consideró Vázquez Martín, tiene un alcance muy general y no debe generalizar la idea de que todas las instituciones son opacas y sirven para un uso indebido de recursos públicos.

Aún no se tiene una fecha de cuándo las secretarías de Hacienda y Crédito Público y la Función Pública emitan su evaluación, concluyó el funcionario.

“Nosotros hemos proporcionado toda la información que se ha solicitado para que se tome una decisión en el sentido de que el mandato del Antiguo Colegio de San Ildefonso debe preservarse, pero no sólo por su singular figura administrativa, sino también porque –destacó Vázquez Martín– esa y otras instituciones culturales han sido, son y serán esenciales para el reimpulso social, económico y cultural que vendrá después de la pandemia, ya que se necesitarán instituciones culturales fuertes y vivas”.