mejor leyó y escribió a la AL real, señalan en reacción a su deceso
Era gran novelista y excelente persona, con una capacidad crítica muy particular, coinciden literatos
Jueves 16 de abril de 2020, p. 4
El escritor Rubem Fonseca era uno de los grandes novelistas de la región. Su obra cuenta con una dureza muy especial para mostrar la real América Latina, señalaron escritores y periodistas al conocer el deceso del autor.
Muchos brasileños lamentaron en redes sociales que el presidente Jair Bolsonaro no haya decretado luto nacional por la muerte del autor de El cobrador.
El periodista Guilherme Amado escribió en su cuenta de Twitter: Recuerdo el asombro cuando Bolsonaro no decretó el luto oficial e ignoró la muerte de João Gilberto. Desde entonces, ¿cuántos brasileños claves han muerto y el presidente ha silenciado? Hoy fue Rubem Fonseca, anteayer Moraes Moreira. Y ya no nos dimos cuenta. Nos estamos acostumbrando
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En México, la escritora Elena Poniatowska comentó a La Jornada que Fonseca era buenísimo; lo quise mucho. Era un notable autor brasileño. Vino varias veces a México. Entusiasmaba muchísimo a los jóvenes, a los que defendió siempre. Escribía literatura a la que conocían como muy fuerte. Era una delicia escucharlo. Venía al país con gusto. Fue una gran alegría que le dieran el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances en 2003. Se lo merecía muchísimo
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La también periodista recordó que lo conoció “en algunos congresos hace años y siempre me pareció que no se tomaba en serio, no decía que la literatura era su cosa. Era el menos pretencioso, el menos vanidoso de todos los escritores. Él tiraba a lucas todas esas pretenciones que suelen tener los escritores”.
El narrador e historiador Paco Ignacio Taibo II sostiene que Rubem Fonseca era uno de los grandes novelistas latinoamericanos. Sus incursiones en la novela policiaca fueron fundamentales para cambiar el tono. Su obra era muy amplia y afortunadamente en México se difundió muy bien. En los últimos años sufrió la terrible paradoja de que lo prohibieran en Brasil, el gobierno de Jair Bolsonaro, y en el FCE hicimos lo contrario: los pusimos en oferta, a 70 pesos
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El también titular del Fondo de Cultura Económica refiere que su último encuentro con el brasileño fue en “una Semana Negra de Gijón, en la que tuvimos una mesa redonda juntos. Y luego en la Feria de Guadalajara, hace muchos años, pero lo he seguido leyendo. Últimamente tengo de releer Grandes emociones y pensamientos imperfectos, y ando tratando de localizar en mi librero Agosto, que tengo en la memoria como la novela que más me había gustado de él”.
Concluye: “Perdemos a un gran novelista y una excelente persona, con una capacidad crítica muy particular, una dureza muy especial, un talento para hacer literatura urbana extraordinariamente rica.
El escritor cubano Abel Prieto, presidente de Casa de las Américas, consignó en Twitter: Murió el extraordinario narrador brasileño Rubem Fonseca. Su obra bucea sin piedad en el mundo marginal y en los seres humanos que lo habitan
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Hermann Bellinghausen, escritor y colaborador de este diario, define a Fonseca como narrador de gran poderío verbal; abrevó con fascinación en la violencia, llevándola a un extremo de gran arte que la degradación social de América Latina en años recientes quizá hizo menos llamativa. Entre la nota roja y la literatura de gran aliento, su prosa veloz y precisa lo convierte en uno de los mayores novelistas modernos del hemisferio. Podemos ubicarlo en las antípodas del portugués José Saramago, no sólo por sus posturas políticamente conservadoras, sino también por el escepticismo que delata un desencanto por la humanidad, nunca exento de humor y sensualidad
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Bellinghausen tradujo al español algunos relatos de Fonseca y la novela Grandes emociones y pensamientos imperfectos, lúcido relato cercano al cine y el gran guiñol, y sobre todo un homenaje al gran cuentista ruso Isaak Bábel.
El narrador Antonio Ortuño difundió en un tuit: Murió Rubem Fonseca. El narrador que mejor leyó y escribió la América Latina real, la desigual, hiperviolenta, irónica, vital y caudalosa América Latina. Su prosa sigue siendo la más viva de nuestros países, con distancia
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El escritor y traductor Juan Pablo Villalobos le dedica en la cuenta de Twitter un sencillo “Valeu (gracias), Rubem Fonseca”.
En la misma red social, el crítico y editor Martín Solares pide: Dejen todo lo que están haciendo y cierren los ojos por un momento: murió uno de los más grandes escritores que cabía imaginar. Fue cuentista, novelista, guionista, ensayista. Renovó la novela negra en el continente americano. Adiós al jefe absoluto, don Rubem Fonseca
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