A los ojos de los pocos turistas extranjeros que aún circulan por el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), las medidas de seguridad del gobierno del país ante la pandemia del coronavirus son demasiado relajadas, lo cual tiene una parte buena, porque los hace sentir menos estresados y moverse con más facilidad, pero también una mala, por el peligro de no identificar posibles contagios.

En un recorrido por la terminal aérea, se pudo constatar que el nivel de movimiento sigue siendo mínimo y el flujo de usuarios es prácticamente nulo, sobre todo para un sitio que apenas el año pasado fue la vía de entrada o salida de más de 50.3 millones de personas.

Entre los pasillos de la Terminal 1 del AICM, una de las pocas personas que circulan es Mizuko, estudiante japonesa de arte, quien está en la capital sólo de paso, luego de haber permanecido tres semanas atorada en Perú. Su vía de regreso a Japón, dice, se facilitó porque en México las medidas de seguridad ante el Covid-19 son menos estrictas.

Cuando estuvimos en Perú tuvimos que pasar con doctores que nos medían la temperatura y nos hicieron una encuesta, pero entrar a México fue muy fácil, no tuvimos que hacer nada para entrar. Las medidas fueron más bien muy laxas, señaló la joven, ataviada con guantes y tapabocas.

– ¿En México las medidas de seguridad están siendo demasiado leves?, se le preguntó.

– Quizás sí, pero como México está tomando medidas relajadas, pudimos transitar aquí para regresar a Japón. Gracias a eso pudimos volver, pero al mismo tiempo puede ser peligroso para México, advirtió.

Una experiencia similar tuvo Manuel, un turista alemán que entró al país en marzo, luego de haberse recuperado del coronavirus que él y su familia contrajeron en enero en Estados Unidos. Tras convalecer un par de semanas, vino a hacer un paseo en bicicleta por Guerrero Negro, Baja California Sur, sin mayores complicaciones ni preguntas.

“En Alemania tienes más restricciones, pero aquí no y me siento más seguro. En Baja (California) pedaleamos sin problemas con la policía o el Ejército, pero ahora leo que están limpiando las playas y que los turistas se deben ir. […] Creo que es difícil para ustedes en Centro y Sudamérica, no sé cuánto va a durar esto, pero no es bueno para la gente”, señala Manuel.