En un departamento de aproximadamente 70 metros cuadrados, el basquetbolista mexicano Jorge Gutiérrez enfrenta encerrado la pandemia del coronavirus en Alemania, donde encontró una oportunidad con el Hamburg Towers después de superar una lesión en una rodilla. El confinamiento ha quebrado con la rutina deportiva que practicaba desde niño y ahora improvisa actividades en solitario para mantener un buen estado físico y sicológico.

“Los deportistas tenemos mucha energía, estamos acostumbrados a salir a correr, a entrenar y ahora no podemos. Ha sido difícil esta etapa, pero es importante darle atención al cuerpo y la mente , dijo el cuarto tricolor que pisó las duelas de la NBA.

Pone a prueba reflejos

El jugador de 1.91 metros de estatura recurre a una pequeña canasta de apenas unos escasos centímetros más alta que él para entrenar, en otras ocasiones pone a prueba sus reflejos con una paleta de ping pong con la pared de rival mientras escu-cha música de banda que le recuerda a su natal Chihuahua.

Al ser Alemania el quinto país con más infectados por Covid-19, con 111 mil contagiados, Gutiérrez intenta enfocar su mente en pensamientos positivos al señalar que hay mucha información negativa.

Rehúye a ser presa de la angustia por el encierro, por lo que revisa videos de sus propias jugadas, para encontrar errores o analizo a jugadores similares a mi estilo.

El mexicano se encuentra en incertidumbre a la espera de que reanuden la liga alemana de basquetbol, donde tiene un contrato hasta mayo con el Hamburg Towers. Si no se puede jugar antes del 30 de abril, tendremos que negociar, quiero seguir aquí porque es un torneo de buen nivel, serio, donde no se batalla con los pagos.

No obstante, persiste el sentimiento de revancha con la NBA, donde vistió los jerseys de Charlotte Hornets y Milwaukee Bucks, además de que se probó con los Nuggets de Denver. La NBA siempre será la meta, sé que puede ser difícil regresar, pero no se pierde nada con soñar en que haya un puesto para mí.