El fideicomiso para la adaptación de los museos Diego Rivera y Frida Kahlo no funciona desde la gestión de Consuelo Sáizar al frente del entonces Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (2009-2012), ya que la otrora presidenta de Conaculta retiró apoyos económicos para el mantenimiento de estos recintos, expresa a La Jornada Hilda Trujillo, directora de los museos Anahuacalli y Casa Azul Frida Kahlo.

Desde ese momento se solicitó la extinción del fideicomiso; sin embargo, por burocracia de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, no se hizo. Los museos trabajan bajo la vigilancia y administración de un fideicomiso privado, por lo tanto la medida no nos afecta, detalla Trujillo respecto del decreto presidencial que instruye a las dependencias y entidades extinguir o dar por terminados todos los fideicomisos públicos sin estructura orgánica, mandatos o análogos de carácter federal.

La secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto, anunció luego que se extinguirían siete fideicomisos del área cultural, entre ellos el de los museos Diego Rivera y Frida Kahlo.

Trujillo anota: Gracias a los fideicomisos privados, las instituciones no gubernamentales no estamos sujetos a los vaivenes políticos. El éxito de los museos Anahuacalli y Casa Azul radica en un sistema de prestación de servicios que les permite ser autosustentables y no depender de donativos públicos o privados. En caso de que lleguen a existir, se aplican a proyectos específicos como restauración y mejoramiento de infraestructura.

Precisa: “Vivimos de la taquilla, así como de exposiciones internacionales, publicaciones de libros, servicios como las videoguías, permisos de fotografía, uso de espacio y filmaciones, entre otros servicios. En el Fridabus, propiedad de Estrella Roja, se transporta a las personas a los museos”. También viven de apoyos de empresas nacionales, organismos internacionales y embajadas. Cada museo cuenta con 17 servicios distintos.

Entre ambos somos 12 empleados, además de alrededor de 30 expertos externos, entre restauradores, investigadores, conservadores, especialistas en historia del arte, etcétera.

Los dos museos realizan exhibiciones de autores nacionales e internacionales, así como conciertos, conferencias, talleres, visitas guiadas y dramatizadas. De las muestras internacionales, Trujillo destaca Frida Kahlo: Making her self up, de artefactos personales y ropa de la pintora, montada en el Museo Victoria y Albert, del 16 de junio al 18 de noviembre de 2018.

Ahora con el nombre de Frida Kahlo: Appearences can be deceiving (Las apariencias engañan) se prepara para abrirse en el Museo de Young, en San Francisco, inauguración que fue pospuesta por la pandemia del Covid-19.

Trujillo señala que una muestra de fotografías de Frida se ha visto ya en más de 16 países. La próxima parada es el Museo Nacional de Arte Mexicano en Chicago –la obra ya está allá–, después Praga. Frida Kahlo, sus fotos, estaba programada para abrirse el 3 de abril, pero también fue pospuesta debido a la epidemia.

La Casa Azul también participa con obra de Frida en la Vida americana: Muralistas mexicanos rehacen el arte estadunidense, 1925-1945, exposición montada en el Museo Whitney, en Nueva York, que actualmente está cerrado. La exposición El América de Diego Rivera se presentará próximamente en el Museo de Arte Moderno de San Francisco y el Museo Crystal Bridges en Bentonville, Arkansas.

Los dos museos han publicado más de 15 libros de relevancia internacional, apunta Trujillo: Frida por Ishiuchi; Querido doctorcito. Frida Kahlo y Leo Eloesser. Correspondencia; Frida precolombina y El hombre en la encrucijada. El mural de Diego Rivera en el Centro Rockefeller.

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