Ante el aplazamiento hasta el año próximo de las negociaciones de cambio climático, el tiempo para empezar a trabajar seriamente en las medidas de mitigación de emisión de gases de efecto invernadero se reduce y se debe buscar que los planes de reactivación económica posterior al Covid-19 tomen en cuenta las energías más limpias, sostuvo Adrián Fernández, director de Iniciativa Climática de México.

En lugar de acelerar esfuerzos de mitigación de las consecuencias económicas por la pandemia de coronovirus, se debe empezar seriamente con las medidas para aplicar los nuevos planes contra el cambio climático, mejorados, que consideren disminuir la contaminación, expresó en entrevista ante el aplazamiento de la cumbre de cambio climático que este año se realizaría en Glasgow, Escocia.

Recordó que en la pasada conferencia COP25 no se concluyeron las reglas del Acuerdo de París, ni se avanzó en las reglas de operación de los mercados de carbono en el mundo. La fecha de 2020 para la conferencia de las partes era importante, explicó, porque se vencía el plazo para que los países presentaran metas más ambiciosas de cambio climático. Se daría un lapso de gracia de unos meses, pero ya hay señales adversas, como el que Japón, al dar a conocer su plan de cambio climático y energía, no plantea propósitos más ambiciosos, y prevé construir plantas de carbón.

En el caso de México, la política energética en materia de electricidad pone en aprietos el buen trabajo de las secretarías de Medio Ambiente y de Relaciones Exteriores, en intentar avanzar en una agenda de cambio climático.

Si México sigue con la actual política de atacar las energías renovables y que proliferen las plantas de electricidad fósiles, significará que no cumpla con las metas de la ley de transición de llegar a 30 por ciento de emisiones limpias en 2024.

Andrew Steer, presidente y director general del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés), consideró que no podemos darnos el lujo de elegir entre abordar la crisis de salud y la climática. Debemos afrontar ambas. La pandemia del Covid-19 es un trágico recordatorio de que los riesgos globales requieren una respuesta colectiva.

El especialista agregó que los líderes mundiales deben colaborar en identificar dichos riesgos y prepararse con antelación para hacerles frente, compartir información y movilizar los recursos para garantizar la seguridad y salud de sus ciudadanos, porq ue las crisis extraordinarias serán comunes.