Martes 31 de marzo de 2020, p. 6
Puerto Príncipe., Desde Santiago de Chile hasta Puerto Príncipe, el coronavirus está penetrando en la región más desigual del mundo y afecta a los más pobres en América Latina, donde muchos de los primeros casos fueron traídos por miembros de las elites que volvían de vacaciones o de viajes de trabajo a Europa y Estados Unidos.
Buena parte de los ricos se están recuperando, pero los expertos advierten que el virus puede matar grandes cantidades de pobres, que deben seguir trabajando para alimentar a sus familias, viven en condiciones poco higiénicas y sin acceso a buena atención médica.
Algunos gobiernos están dando ayuda económica a los trabajadores informales, como el servicio doméstico, vendedores callejeros y otros a quienes se les dijo que permaneciesen en sus casas para reducir la propagación del virus, pero ese dinero no llega a todo el que lo necesita.
Haití, el país más pobre del hemisferio occidental, informó de sus dos primeros casos del virus el 20 de marzo.
Uno fue importado por Roody Roodboy, cuyo nombre verdadero es Roody Pétuel Dauphin, exitoso cantante de R&B que acababa de regresar de Francia y se puso en cuarentena, según el director de salud de Puerto Príncipe.
Pero para cientos de miles de haitianos que ganan unos pocos dólares diarios vendiendo cosas en la calle, una cuarentena como la de Dauphin los condenaría a pasar hambre.
El gobierno haitiano redujo las horas en que operan bancos y dependencias gubernamentales, cerró escuelas y transmite por radio mensajes en los que se pide a la gente permanecer en sus casas. Pero miles de personas de Puerto Príncipe colmaron mercados callejeros, autobuses y camiones usados para transportar gente conocidos como tap-taps
.
En Chile, que ha registrado más de 2 mil 500 casos desde el 3 de marzo, ha habido muchos contagios en barrios de clase media-alta, de gente que acababa de volver de Europa, sobre todo de Italia.
El ministro de Salud, Jaime Mañalich, se quejó de que los residentes acaudalados de los barrios capitalinos Las Condes y Vitacura, donde se concentran la mitad de los casos violan constantemente el pedido de quedarse confinados luego de dar positivo o de entrar en contacto con alguien contagiado.
Mañalich dijo que él personalmente exhortó a los residentes ricos a quedarse en sus casas y que estos están desoyendo la orden.
La primera persona que falleció en el estado de Río de Janeiro fue Cleonice Gonçalves, una mujer de 63 años que trabajaba de empleada doméstica de mujer de Leblón, uno de los barrios más exclusivos de Brasil. Su patrona contrajo el virus en Italia, pero la familia de Gonçalves dice que no se le informó que estaba en cuarentena a la espera de los resultados de una prueba, según Camila Ramos Miranda, secretaria de Salud de Miguel Pereira, la localidad donde vivía la mucama, quien padecía de presión alta y diabetes, contrajo el virus y falleció el 17 de marzo en Miguel Pereira.
En Lima, el impacto de la pandemia varía mucho dependiendo de la clase social, mientras en los barrios de clase media alta la cuarentena de 15 días no ha causado mayores contratiempos, hay barriadas de clase baja que no gozan de agua corriente, Internet, ni servicio telefónico, que dependen del trabajo informal y durante la cuarentena se han quedado sin sustento.
América Latina es la región más desigual del mundo. Me refiero a una disparidad de clase que no tiene igual en ninguna otra parte del planeta
, opina Geoff Ramsey, investigador de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos.
Perú dijo que pagará el equivalente a 108 dólares a 2.7 millones de hogares catalogados como pobres. En Argentina el gobierno de centro-izquierda aprobó pagos del equivalente a 151 dólares en abril a los trabajadores informales, que representan 35 por ciento de la economía del país. El gobierno planea hacer más pagos de emergencia.