Por si el coronavirus…
la vida gracias doy”, por las horas incontables de felicidad, de risas y sonrisas, de copas llenas, mesas colmadas, y las manos aladas de ella, la Paloma.
Por la bondad inefable de mi padre y la alegría infinita de mi madre / por la promesa cumplida de sus mil besos.
Por las palabras, poderosas herramientas que la lengua de mi raza puso a mi alcance / por la risa y el alma de los niños / por el mar y el cielo / por las flores y las frutas / por los colores, la música y el tiempo / por la lluvia y el aire / por el sol, la luna y las estrellas / por los números y las ideas / por la conciencia, que tantas alegrías y pesares me ha causado.
Por el sueño, que de niña me permitía vivir la fabulosa experiencia de volar como las aves / por Dominga que me cargó en sus brazos mi primer año de vida, y por la leche de burra que me alimentó y me salvó de la muerte temprana.
Por la melancolía, la angustia y la nostalgia, melodías irrenunciables de la existencia humana / por la belleza / por la soledad y el silencio/ por la rebeldía que me salvó de algunas cosas.
Por las escuelas que tanto me dieron / la generosidad y la grandeza de las monjas y los maestros que de mí se ocuparon / por mi primera y mi última muñeca / por nacer mujer.
Por los ojos y las sonrisas de mis hijas / por su talento y el prodigio de sus artes.
Por las tardes de toros al lado de mi padre / por el águila y la serpiente que siento tan mías / por la imaginación que es agua de ríos y cascadas, inabarcable como el mar.
Por los hospitales públicos de México, que evocan tiempos triunfales del pueblo / por sus médicos sabios que los sostienen y que hoy son para todos esperanza y salvación.
Por los amores de todas mis edades y por la gallardía del ángel que por fin llegó.*
* ECS: Estrategias del Corazón Sabio. Uno: enfrentar el miedo a la muerte desde la gratitud por la vida propia.