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El cine mexicano ante el Covid-19
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▲ Cuando termine el aislamiento, en las salas de cine, las cintas que estaban en exhibición serán sustituidas por nuevos lanzamientos.Foto Marco Peláez
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l cierre de las salas de cine en México fue algo predecible. Sólo se tenía que observar lo que estaba ocurriendo en China, Italia, España y en Estados Unidos, donde el pasado 18 de marzo cerraron sus 40 mil pantallas. Unas semanas antes, grandes estrenos como No Time to Die, de James Bond, frenaron súbitamente la exhibición mundial ante la pérdida de los ingresos de estos mercados, prometiendo que una vez pasada la emergencia la relanzarían. Unos días antes, los exhibidores estadunidenses habían propuesto reducir la oferta de sus butacas a 50 por ciento para lograr la sana distancia y evitar los posibles contagios en sus salas. La propuesta fue imitada por Cinemex y la Cineteca Nacional en México.

La cruda realidad. Para atajar la pandemia del Covid-19, a partir del lunes 23 de marzo cerraron los 845 cines de la República Mexicana, cortándoles de tajo a los productores y distribuidores su corrida de estreno, lo que repercutirá en un daño económico a los integrantes de la cadena productiva, aunque no afectará a todos de la misma manera.

Para los exhibidores, lo que dure el cierre es sólo un pequeño bajón dentro de un total de los 365 días del año. ¿Serán 10 días?, ¿20?, ¿27? En 2009, los 16 días que permanecieron cerrados sólo les dio una caída de 1.4 por ciento en comparación con 2008.

Para los productores que tenían su filme en explotación, es acabar con la única oportunidad de mostrar su producto en salas y recuperar algo de lo invertido, tanto en la película como en la campaña de publicidad y lanzamiento. Los productores se la juegan a una carta que es la fecha de estreno y sus semanas subsecuentes. ¡A los que alcanzó la pandemia en plena explotación, ya se los cargó el coronavirus!

Al momento del cierre de las 7 mil 600 pantallas, 74 cintas estaban en su corrida de estreno y de éstas, 10 son mexicanas. De tajo, sus posibles ingresos se reducen a cero pesos. En 2009, cuando el virus de la influenza H1N1 obligó a cerrar las 4 mil 700 pantallas, a la cinta Amar a morir le afectó, ya que frenó súbitamente su corrida de estreno. Llevaba un magnífico paso, con un total 858 mil 758 espectadores e ingresos por 35 millones 332 mil 638 pesos. Después del cierre nada se añadió.

Dentro de unas semanas, cuando se abran las salas, ocurrirá lo mismo y estas cintas serán sustituidas por nuevos lanzamientos.

Veinteañera, divorciada y fantástica será la más afectada, ya que apenas iniciaba su corrida de estreno y a la mitad de su segunda semana desapareció. En sólo 10 días llevaba 659 mil 534 espectadores y eso que el público ya se ausentaba de las salas por el temor al contagio. Se estrenó con mil 756 pantallas, y en su primer fin de semana captó 480 mil 670 espectadores. En la segunda, que en realidad fue media semana, sólo asistieron 178 mil 864. Las estadísticas pronosticaban que este filme obtendría entre 1.5 y 2.0 millones de espectadores. Cuantifiquen el tamaño de la pérdida. Otras comedias que también sufrirán merma son Cindy la regia, que llevaba un millón 876 mil 681 espectadores en ocho semanas. La Rebelión de los Godínez, en cuarta, con 599 mil 949 espectadores, y Loco por ti, sexta, con un millón 282 mil 229. ¿Cómo podrán recuperar sus perdidas potenciales?

Si a las comedias de alto impacto en la taquilla les pegó tan duro el efecto del Covid-19, imagínense lo que les hizo a cintas como Familia de Medianoche, tercera semana con 27 mil 783 espectadores; El hotel, que después de esperar varios años para su estreno salió en tres pantallas y tenía 477 espectadores; El documental Ya me Voy, con cuatro semanas y 4 mil 104 espectadores; Love Me Not, en quinta con 3 mil, y Rencor tatuado en su sexta semana con 3 mil 255.

Como víctimas colaterales, tenemos el comercio informal que va desde los ciudacoches de las calles aledañas, los vendedores ambulantes y los pequeños comercios circunvecinos. ¡La historia se repite!

Por último, el gobierno federal también pierde, ya que no podrá recaudar 16 por ciento del IVA ni lo de los demás impuestos existentes. Según dicen, la cuarentena se levantará el 19 de abril, lo que equivale a 27 días sin cines; esto representa una pérdida de más de 300 millones de pesos, cifra que incluye el IVA no captado por la venta de boletos y las compras en la dulcería. Para los integrantes de la cadena productiva, las pérdidas superaran 2 mil millones de pesos*.

Uno de los pocos previsores fue Alphaville, que dirige Alfonso López, quien estaba por estrenar El diablo entre las piernas, de Arturo Ripstein. Cuando vio la pandemia venir, la desprogramó y la estrenará en fecha futura. Resulta urgente y necesario que tanto el Imcine como la Seculta atendieran la petición de la AMACC para crear medidas de emergencia para mitigar los daños y ayudar a los artistas mexicanos.

*Datos estimados por el Observatorio Público Cinematográfico Rafael E. Portas.