omo parece claro, un nuevo virus muere y las epidemias que provoca son erradicadas porque los sistemas inmunológicos de los organismos humanos eliminan virus y epidemias, sin necesidad de tratamiento clínico o, en un número menor de los casos, mediante el apoyo de un tratamiento, o porque las personas mueren y con ellas el virus que las vence; la incineración termina la tarea. Las tres vías operan simultáneamente. Es decir, todo ello tiene que ocurrir: no hay escape para esos trayectos inexorables.
En México podemos verlo claramente porque los tiempos de la epidemia están prolongándose. La autoridad sanitaria contiene el virus mediante la gran operación de confinamiento, pero cuenta con suficientes personas para adquirirlo: las que retan al virus, y las que no pueden confinarse. Así el virus hace su tarea y los organismos la suya. La mayor cuota de muertes la pondrán los viejos. Un drama reseco incluido en la vida humana bajo el actual régimen social.
Fuera de China, hasta ayer, los países con mayor número de víctimas del virus eran Italia, España, Alemania y Estados Unidos. La tabla adjunta es elaboración propia con datos de World-Meter (https://www.worldometers.info/ coronavirus/), espacio normalmente dedicado a mantener actualizados los datos demográficos del mundo y de cada uno de los países.
Italia es uno de los países con mayor proporción de personas con 65 años y más, un país envejecido debido a sus tasas de fertilidad en rápido descenso a la par de su aumento en la esperanza de vida, pero Alemania tiene el mismo perfil demográfico, y los números son por ahora dramáticamente distintos. Tanto en España como en Italia hay quejas del personal médico: empezamos tarde; aunque también, en ambos países, hubo actos masivos, deportivos y políticos, en los días que el Covid-19 ya abordaba abrumadoramente los organismos. También Estados Unidos empezó muy tarde. El pasado viernes España se preparaba para comenzar la selección de las personas infectadas que tengan mayor esperanza de vida, porque los sistemas de salud están excedidos y no pueden sostener la vida de todos. En Italia esa selección comenzó hace dos semanas.
Los cuatro países presentaron los primeros infectados en fecha muy similar. Pero Italia comenzó sus primeras dos semanas con una impresionante tasa media diaria de 50.5 por ciento, España con una sensiblemente menor pero muy alta y Alemania una considerablemente más baja. La baja tasa con la que inició Estados Unidos seguramente tiene que ver con un gobierno narcisista y miope que no vio ni registró lo que estaba ocurriendo.
Los números de los cuatro países muestran que la pandemia continúa en pleno desarrollo catastrófico por el número de sus infectados, y por el impacto que tendrá en el corto y largo plazos sobre la vida diaria de millones y millones. Italia y España están extenuados, pero sus curvas de infectados y fallecidos apuntan ya a la baja. Alemania está en un momento dudoso respecto a su tasa de infectados. Estados Unidos ya supera a España y a Alemania, y todos sus números están al alza.
El coeficiente de muerte para el mundo es de 4.3 (hasta ayer) y, como se muestra, España y sobre todo Italia lo superan con mucho. Respecto a Alemania, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias del Ministerio de Sanidad, de España, Fernando Simón, mirando el coeficiente de Alemania, abatido, comenta: No sabemos si es una cuestión de artefactos en la notificación, de diferentes definiciones de casos o si es una realidad, que es lo que podría parecer
. No lo puedo explicar
.
Un cimbrante drama humano vemos, resultado de un sistema económico donde las mayorías están al servicio y explotación de unos pocos. Un orden neoliberal que en todas partes liquidó al Estado de bienestar (y similares), y ahora contiende cojo, manco y tuerto con los estragos con los que la pandemia quebranta a la humanidad. En ese contexto, el arribo de médicos cubanos al norte de Italia es conmovedor y brutalmente contrastante con el régimen neoliberal y con el castigo infame que Estados Unidos ha asestado a Cuba.