l 18 de marzo, tan sólo cinco días antes de cumplirse tres años del asesinato de la periodista Miroslava Breach, Juan Carlos M. (alias El Larry) fue declarado culpable por el juez de enjuiciamiento en Chihuahua. Luego de un mes de juicio llega el primer avance tangible para la familia que legítima e incansablemente ha exigido justicia.
Tres semanas antes se llevó a cabo en Culiacán, Sinaloa, la audiencia intermedia en el caso de Javier Valdez. A las 16:18 horas del 27 de febrero, Heriberto P. (alias El Koala) contestó sencillamente sí
a la pregunta dirigida por el juez. Con ese sí
admitió su responsabilidad como coautor del delito de homicidio, marcando así un momento histórico: por primera vez bajo el nuevo sistema de justicia penal, la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (Feadle) logró una sentencia condenatoria por homicidio de un periodista.
Tras su misión oficial conjunta a México en 2017, el relator especial de la ONU sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y expresión, David Kaye, y el relator especial de la CIDH para la libertad de expresión, Edison Lanza, resumieron que la impunidad por los asesinatos y otros ataques contra periodistas ha sido documentada por instituciones gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil, y estos datos sugieren que al menos 99.6 por ciento de estos delitos aún no han sido esclarecidos.
Ante este contexto, estas dos sentencias revisten gran relevancia. Desde su creación hace 10 años, la Feadle sólo había logrado una sentencia condenatoria por homicidio. Ahora, en tres semanas, tenemos dos sentencias más por este delito, por autoría material en ambos casos.
Espero que estos avances representen ese punto de inflexión que es tan necesario en la lucha por superar la impunidad que existe en los crímenes cometidos contra periodistas. En particular porque la impunidad alrededor de la cantidad de homicidios se ha mantenido muy alta y México sigue estando entre los tres países a escala mundial que registra el número más alto de periodistas asesinados. Además, la impunidad tiene un efecto dual: por un lado incentiva, por el otro inhibe.
Y aquí quisiera explayarme un poco. Si el atacar una voz o una pluma incómoda no conlleva ninguna probabilidad de sanción, por supuesto que los perpetradores no van a dudar sobre la posibilidad de consumar su amenaza, pues no tienen nada que temer. En ese sentido, la impunidad incentiva el delito y funciona como el principal combustible para las agresiones contra periodistas. Por otro lado, inhibe. Quienes ejercen el periodismo saben bien que los perpetradores enfrentan pocos obstáculos para agredirlos, entonces, la represalia por hacer su trabajo es una amenaza muy presente y muy real que incentiva la autocensura como medida de autoprotección y supervivencia.
Ahora bien, al tiempo que saludamos estos importantes avances debemos también destacar que estas sentencias son contra autores materiales y que la justicia plena solamente tendrá lugar cuando todos los responsables –materiales e intelectuales– de estos crímenes sean investigados, juzgados y sentenciados.
Miroslava y Javier eran periodistas destacados que investigaban e informaban sobre la corrupción y la colusión entre política y grupos de la delincuencia organizada, en zonas de alto riesgo para el ejercicio de la actividad periodística. Su legado pervive, sin duda, pero sus familiares, sus colegas y quienes habitamos en México irreparablemente somos ahora más pobres: perdimos la privilegiada fuente de información, análisis y reflexión que aportaban.
Quiero también aprovechar este espacio para hacer un reconocimiento público a las familias de Miroslava y Javier, quienes no sólo han tenido que sobrellevar la pérdida de sus seres queridos, de sus compañeros de vida, sino que han transformado ese dolor y esa tragedia en un admirable motor de lucha por la justicia con dignidad. Extendemos este reconocimiento a la organización Propuesta Cívica que ha acompañado jurídicamente a las dos familias.
El mensaje de que México no tolera los asesinatos de periodistas es fundamental y éste sólo se logrará si se alcanza la plena justicia frente a los ataques que sufren quienes ejercen el periodismo. Por todas las personas que habitan en México y por el papel fundamental que las mujeres y hombres periodistas juegan en un estado de derecho, esperamos que así sea.
* Representante adjunto en México de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.