Martes 24 de marzo de 2020, p. 19
Para enfrentar la emergencia derivada del doble riesgo que implica salvaguardar la vida de los mexicanos por el Covid-19 y la recesión económica que ya comenzó, José Luis Calva, especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), propuso que el gobierno federal olvide cumplir este año la meta de superávit en las finanzas públicas y aplicar herramientas de política fiscal para reactivar la actividad productiva.
Durante esta emergencia, consideró, nadie vería mal incluso un déficit fiscal hasta de 3 por ciento del producto interno bruto (PIB), esto es, unos 750 mil millones de pesos.
Para este año el gobierno federal espera un superávit primario –ingreso menos gasto antes del pago de deuda– equivalente a 0.7 por ciento del PIB, unos 175 mil millones de pesos. Ya incorporado el pago de deuda se anticipa un déficit fiscal de 0.5 por ciento del producto, es decir, 125 mil millones, de acuerdo con el paquete económico aprobado por el Congreso.
En estas enormes crisis, dijo Calva, también es factible hacer grandes cambios, por lo que se debe pensar en una reforma fiscal para llamar la atención de la sociedad y de los empresarios sobre la necesidad de que el gobierno requiere más recursos y contener la caída de la economía dinamizando el gasto. La clave es la velocidad. No se puede esperar que la mano invisible del mercado resuelva todo. Se requiere mayor intervención del Estado para que México logre amortiguar el tamaño de esta crisis
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La solución a la situación planteada por la pandemia tiene que ser en dos sentidos: reducir las muertes por el nuevo coronavirus hasta donde sea posible y bajar la caída del PIB y del empleo, aseveró el integrante del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
El experto manifestó que en esta emergencia hay que actuar con mucha determinación y soltar el gasto para atender en primer término el problema de salud.