Martes 17 de marzo de 2020, p. 33
En el país, la mayoría de la población productiva de mediana edad padece jet lag social, debido a sus horarios laborales o escolares. La investigadora Carolina Escobar Briones, de la Facultad de Medicina de la UNAM, señaló que este problema se origina cuando los horarios de sueño del fin de semana o días libres son muy diferentes a los semanales, lo que provoca desequilibrio en los patrones de descanso, y por ende insomnio, impactando directamente en la salud.
En tanto, Juan Manuel Martínez Núñez, especialista de la Universidad Autónoma Metropolitana (UNAM) estimó que los gastos asociados a trastornos del sueño –insomnio, apnea u otras enfermedades– se ubican en 16 mil 476 pesos a 38 mil al año, por fármacos, visitas médicas y pruebas diagnósticas, entre otros.
En entrevista, Escobar Briones explicó que el jet lag social es prácticamente, un problema nuevo, porque siempre se piensa que es un asunto de las personas que viajan de un continente a otro, pero no es así. Debido a la presión que tienen los jóvenes en el trabajo o escuela, despiertan muy temprano y reducen las horas de sueño, a lo que se suma que muchos se desvelan en fiestas. Cuando llega el sábado o domingo duermen más de lo que se debe, para recuperarse. Esta interrupción en los patrones naturales del descanso repercute en la salud, originando mal humor, poco rendimiento académico, laboral y hasta enfermedades cardiacas u obesidad
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Agregó que los cambios bruscos de horarios confunden al reloj biológico cuando trata de adaptarse. “Hay ciertos ritmos de control de temperatura, metabólicos, que están tratando de moverse y no logran ajustarse bien. Estas modificaciones en los patrones de sueño desordenan el ritmo circadiano, que son cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo diario y responden principalmente a la luz y la oscuridad en el ambiente de un organismo.
“El reloj biológico coordina todas los mecanismos del cuerpo para que funcionemos de manera eficiente día y noche. En los jóvenes se observa que padecen depresión y ansiedad debido al jet lag social, es decir, la falta de descanso adecuado entre semana. Uno de los problemas principales es que los muchachos quieren estar despiertos muy tarde debido a la vida nocturna, las redes sociales, los videojuegos o las plataformas digitales.”