Vulnerables, personas entre los 30 y 45 años y, por falta de refuerzo, menores de 8 a 10
Domingo 8 de marzo de 2020, p. 30
El sarampión aún es considerado una de las enfermedades infecciosas con mayor grado de transmisibilidad en el mundo, pues un paciente puede infectar de 8 a 12 personas, una tasa mucho más elevada que la influenza estacional o el nuevo Covid-19.
Sus efectos, dependiendo de la inmunidad que tenga el paciente, va de fiebre, tos conjuntivitis –ojos rojos– erupción en cuello, pecho y extremidades hasta la muerte. Sus secuelas pueden generar sordera, ceguera o meningitis, advirtió Miguel Ángel Nakamura López, epidemiólogo y titular del Programa de Atención Especial del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (Issste).
Luego de que las secretarías de Salud federal y de la Ciudad de México confirmaran esta semana cuatro casos positivos de sarampión en dos menores y dos adultos, el especialista destacó que pese a ello, México no pierde su distintivo de país con erradicación de este mal, pues desde 1996 no se reportaban casos de transmisión local, aunque cada año, dijo, pueden presentarse decenas de casos asociados a importación; es decir, que se contagiaron en el extranjero o por contacto con personas de otro país que estaban infectadas.
Explicó que si bien México mantiene una alta tasa de cobertura de vacunación infantil desde 1991, cuando se creó el Consejo Nacional de Vacunación (Conava), desde 1973 se aplican vacunas contra el sarampión, aunque con menores porcentajes de inoculación en la población objetivo, es decir, en niños de un año, y el refuerzo a los 6 años.
Si lo hemos hecho desde 1991 con todos los cohortes de edad, es decir, con todos los niños que van creciendo, en casi tres décadas prácticamente se ha inmunizado a casi todos los menores de 29 años. A esto se suma que tenemos una alta cantidad de población que ya está vacunada, otro tanto que padeció la enfermedad, pero las personas entre los 30 y 45 años de edad pueden tener o no la vacuna, lo que los ubica como posible población susceptibles
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Lo que explicaría, dijo, que en el reporte de casos de este 2020, se detectaron dos pacientes positivos, varones de 37 y 39 años, que quizá durante su niñez no fueron inmunizados. En el caso de los menores de 8 y 10 años, lo más probable es que no recibieron su refuerzo a los seis años y el esquema de inmunización quedó incompleto, lo que los hace susceptibles a la enfermedad
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Nakamura López subrayó que en 2018 “desafortunadamente hubo un problema de abasto internacional y nuestro país no pudo adquirir la cantidad suficiente de vacunas contra sarampión. Eso eleva la posibilidad de que otro de los casos reportados, que corresponde a una menor de 8 años, forme parte del sector poblacional al que le tocaba el refuerzo hace dos años y no pudo ser vacunado.
El niño de 10 años al que hace cuatro años le debían haber aplicado el refuerzo, probablemente no acudió o no se lo pudieron poner, lo que le dejó susceptible”.
Pese a este escenario, el especialista del Issste señaló que el riesgo de un brote en el país es muy bajo porque se avanzó en la protección de la población y se generó un cerco epidemiológico; es decir, hay tanta población vacunada que, aunque se presente un caso en una comunidad, la infección no avanza porque las personas están inmunizadas, y cuando no es así, se detectan los casos positivos y se hace un seguimiento de 25 a 41 manzanas donde se identifica al paciente para garantizar que todos tengan protección
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