Uno de los factores que propician la desigualdad entre hombres y mujeres en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y otras universidades es que no hay medidas institucionales que propicien la corresponsabilidad de los varones en las actividades domésticas de cuidado.

Lilian Ayala González, jefa del Departamento de Educación para la Igualdad del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG), expuso que la falta de este tipo de medidas agrava el problema en el caso de las académicas, estudiantes y administrativas que tienen una pareja que no forma parte del mundo universitario.

No existe un sistema de cuidados, como guarderías o estancias, que permitan conciliar las jornadas de estudiantes y personal académico y administrativo.

Por otra parte, la universitaria explicó en una conferencia que en el orbe la desigualdad de género persiste en la brecha salarial, la desocupación y la falta de leyes contra la violencia de género, pero la UNAM avanza con una herramienta para prevenir, atender, sancionar y tratar estas circunstancias: el Protocolo para la Atención de Casos de Violencia de Género.

La especialista refirió que de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el mundo la brecha salarial entre mujeres y hombres es de 23 por ciento, aunque ellas cumplen con más horas de trabajo, y para lograr la igualdad salarial al ritmo actual de cambio, se necesitarían 200 años, según datos del Foro Económico Mundial.

En contraste con esta reproducción de estereotipos, la UNAM cuenta con el mencionado protocolo, que se aplica para hechos ocurridos dentro de las instalaciones universitarias, y fuera de ellas, siempre y cuando intervenga una persona integrante de la comunidad universitaria y se trate de actos que vulneren la normativa, el orden, la disciplina, los principios y valores que deben guiar la conducta de los universitarios, o que derive de una relación académica, laboral o análoga, detalló.