Miércoles 4 de marzo de 2020, p. 8
Kabul. La afgana Roya Sadat vivió su primer rodaje con el miedo a un ataque de los talibanes, enemigos del cine y de las mujeres activas. Dieciocho años después, mientras los talibanes negocian su regreso al poder, la valiente cineasta afgana sigue defendiendo a sus compatriotas, película tras película.
Envolvía las cintas en plástico, porque pensaba que si se metían con nosotros, las tiraría en el desierto
, recuerda esta treintañera elegante y de mirada segura, con cabello cubierto con un velo negro. Quería salvar las cintas
, dice.
Los talibanes, en el poder entre 1996 y 2001, acababan de ser expulsados por una coalición internacional liderada por Estados Unidos que invadió Afganistán tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Ellos, los mismos que durante cinco años habían colgado las televisiones de farolas y enclaustrado a las mujeres, se encontraban a pocos kilómetros del lugar del rodaje, en su provincia natal de Herat (oeste).
Caminaba por los campos para comprobar que no estaban minados
, recuerda Roya Sadat, una de las pocas cineastas de Afganistán, país clasificado con frecuencia como el peor del mundo para las mujeres.
Después de tantos riesgos, Three Dots (Tres Puntos), un cortometraje que abordaba el tema de los matrimonios forzados, fue premiado en muchos festivales internacionales. Y lanzó su carrera.
Roya Sadat fundó con su hermana una compañía de producción, Roya Film House, cuyas obras, siempre centradas en la dolorosa vida cotidiana de las mujeres afganas, obtuvieron numerosos premios internacionales.
Se niega a callarse
En 2013 creó el primer festival de cine femenino en su país. Cinco años después recibió el premio internacional de Mujeres Valientes, entregado por la primera dama de Estados Unidos, Melania Trump.
Roya Sadat, amenazada de muerte varias veces por los más conservadores, se niega a callarse
, escribió el Departamento de Estado estadunidense. Examinando la cultura afgana a través del cine, Sadat de-sempeña su papel para convertir a su país en un lugar mejor para las mujeres y las niñas
.
La recompensa llega después del lanzamiento de un largometraje A letter to the president (Una carta al presidente), que cuenta la historia de una mujer encarcelada por haber matado accidentalmente a un marido violento. Un nuevo tabú afgano roto por la directora.
Tenía miedo de las reacciones malas
, reconoce. Pero se sintió aliviada cuando, durante una proyección de la película en Kabul, el público aplaudió a la heroína, después de que abofeteara a su esposo que le había pegado.
Tratando los derechos de las mujeres en sus películas y documentales, Roya Sadat quiere reparar el daño de los 40 años de guerra en la sociedad y la cultura afganas.
Quizá sea fácil reconstruir un edificio destruido por la guerra, pero no lo es cambiar la mentalidad de las personas
, explica. La única forma de hacerlo es a través de la cultura, los medios de comunicación y, sobre todo, el cine
.
Las películas de Roya Sadat, centradas en las mujeres y destinadas a un público femenino, tienen un impacto directo en ellas
, la felicita Latif Ahmadi, cineasta y ex directivo del instituto de cine afgano.