Cultura
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La música de ellas
A

penas en años recientes se ha comenzado a discutir con seriedad el asunto de la ausencia casi total de la obra de las compositoras en las programaciones de conciertos. Esa ausencia es notoria en todo el mundo, pero es más evidente en países como el nuestro, donde la inequidad de género es más flagrante y más perniciosa que en otras latitudes. Entre los numerosos (y muchas veces falaces) argumentos que se han esgrimido para justificar este estado de cosas está el hecho evidente de la enorme desproporción estadística entre hombres y mujeres en el campo de la composición.

Con menor frecuencia se analizan y abordan las causas históricas de ese desequilibrio, y casi nunca se le pone remedio a la hora de programar música. En estos tiempos en que los asuntos de género han adquirido una importancia más urgente que nunca, no está de más reflexionar sobre el tema.

¿Qué hay de música de mujeres en esta temporada en nuestro ámbito musical? Ciertamente, hay más que antes, y eso ya es un buen principio. Trazo aquí un breve panorama, necesariamente incompleto, porque, si bien hay otros rubros de actividad musical, el trabajo orquestal es particularmente notorio, y suele ser más difundido que otras presentaciones.

La Orquesta de Cámara de Bellas Artes ha programado obras de compositoras como Elfrida Andrée, Vivian Fine, Teresa Carreño, Grazyna Bacewicz, Leticia Armijo, Elvira Muratore, Ana Lara, Claudia Montero, Gity Razaz y Christine Snowdin, en lo que es, sin duda, el más importante contingente de compositoras de este 2020 en México. La Orquesta Sinfónica Nacional, a su vez, propone en su programación el concierto para clarinete Ascenso al celeste, de Georgina Derbez, en el que está presente la memoria y el espíritu de su madre, así como el Nocturno, de la recia compositora inglesa Elizabeth Maconchy, y la pieza Icarus, de la rusa Lera Auerbach. En Guadalajara, la Filarmónica de Jalisco interpretará la interesante partitura Némesis, de Ana Paola Santillán. Allá, en el legendario Queso del Poli, la Sinfónica del IPN ofrecerá sendas obras de Alejandra Odgers y Gabriela Ortiz. En la carta programática de la Filarmónica de la UNAM aparecen los nombres de Cristina García e Hilda Paredes. En el mismo ámbito, la Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata estrenará Kairós, de Andrea Sarahí Ramírez. Hurgando en la programación de la Sinfónica del Estado de México, es posible encontrar la mención de la breve Galopa México, de Ángela Peralta. Y entre lo más destacado está el hecho de que la Orquesta Sinfónica de Minería estrenará en el verano una obra de una de nuestras compositoras más interesantes, Diana Syrse, encargada ex profeso con motivo del primer centenario del fin de la Revolución Mexicana.

Esta búsqueda me informó que buen número de nuestras orquestas importantes de provincia no han incluido, al menos en los programas que ya han anunciado, la presencia de obras de compositoras. Están invitadas algunas directoras, nacionales y extranjeras, y se ha convocado a un número decoroso de solistas mujeres. Y dado que hay tiempos en que los gestos simbólicos adquieren una importancia particular (y nuestros tiempos son de ésos), cabe mencionar que en la emblemática fecha del domingo 8 de marzo, la Orquesta de Cámara de Bellas Artes tocará un programa con cuatro obras de compositoras de México, Venezuela, Polonia y Estados Unidos. Según se anuncia, ese día y al siguiente, las mujeres de México harán sentir su voz y también su silencio. Nos urge a todos escucharlas, en medio de este río inicuo de sangre de niñas y adolescentes en que se ha convertido esta triste nación. Empecemos por escuchar lo que componen; que toda esta música de ellas, y de muchas otras, nos conduzca a reflexionar y, sobre todo, a actuar.

Por Ingrid, por Fátima, por todas