Sin gracia, sólo pragmáticos y eficaces, América hizo lo necesario para llevarse la victoria 2-0 ante Atlas en el estadio Azteca, para subir al subliderato del torneo en la jornada seis. Con un gol anulado a los rojinegros por el VAR y, sobre todo, con la eficiencia de Federico Viñas.

El gol providencial de Viñas llegó a la media hora del partido cuando parecía inalcanzable para las Águilas. El resto fue como si con esa mínima ventaja no hiciera falta gastar más calorías para la causa de Coapa, hasta que apareció de nuevo Viñas y anotó el segundo a los 79.

Durante media hora Atlas estuvo merodeando la portería americanista. Un par de tiros de larga distancia que pusieron atento a Ochoa, ante unos azorados Águilas. Era emocionante ver a esa escuadra tapatía hilvanando jugadas siempre al frente. Hasta que llegó la verdadera oportunidad, algo así como un premio a la insistencia y el hambre de triunfo.

Un córner que Germán Conti recibió preciso en el centro del área, lo clavó con un furioso cabezazo que Memo Ochoa sólo pudo manotear, pero que no pudo evitar que cayera dentro. Atlas celebraba, pero el árbitro se ajustó el audífono y acudió al VAR. Luego del suspenso, volvió para anular la anotación por una presunta falta sobre Bruno Valdez.

Poco después, de nuevo Atlas tuvo el gol; Jeraldino fue el clímax de una jugada que llevó trazos caprichosos e imaginativos, pero que al llegar al área no pudo eludir la salida kamikaze de Memo Ochoa, quien logró salvar al América.

Cuando Águilas mostraba su rostro más indeciso, sin trazos ofensivos, un córner fue capitalizado por el oportuno Federico Viñas para abrir el marcador para las Águilas. Ese tanto metió a los locales al partido y le restó filo a los tapatíos. Un gol que llegó para la causa que menos méritos tenía hasta entonces.

Sebastián Córdova sorprendió en un contragolpe y estuvo cerca de aumentar la cuenta americanista, pero el derechazo que envió se estrelló increíble en el poste.

Sin embargo, Viñas, ese jugador que aparece con una puntualidad escalofriante, estaba en el lugar indicado para empujar el segundo a los 79 minutos y avivar el tramo final del partido.