Fue amenazado con cárcel por perturbar el orden
Pekín es capaz de ganar esta batalla: Xi Jinping // Van 636 muertos y 31 mil 400 contagios // Terminan otro hospital en Wuhan con mil 500 camas
Viernes 7 de febrero de 2020, p. 19
Pekín. Li Wenliang, uno de los ocho médicos que alertaron primero sobre el coronavirus 2019-nCov, murió ayer en la ciudad de Wuhan, donde surgió la epidemia, víctima del nuevo virus que ha dejado 636 muertos y más de 31 mil 161 contagiados en China continental.
Li estaba en una condición crítica en el Hospital Central de Wuhan, informó el diario Global Times, editado en inglés y muy cercano al Partido Comunista Chino. El nosocomio reportó que el médico tuvo un infarto como a las nueve y media de la noche del jueves, pero seguía vivo y conectado a un respirador artificial. Su muerte se declaró hasta las 2:58 (hora local) de esta madrugada.
Entre la hora que sufrió el infarto y el momento del anuncio de su deceso hubo confusión. Algunos medios habían reportado la muerte del médico horas antes.
En la lucha contra la epidemia de neumonía que trae consigo el nuevo coronavirus, nuestro oftalmólogo Li Wenliang desafortunadamente resultó infectado. Ha fallecido a pesar de todos los esfuerzos llevados a cabo para reanimarlo. Lamentamos profundamente su muerte
, declaró el hospital.
El médico, de 34 años, casado, con un hijo y otro en camino, escribió en redes sociales un mensaje el 30 de diciembre a un grupo de antiguos compañeros de la facultad. Relató que en su hospital de Wuhan habían ingresado siete pacientes, todos con síntomas muy similares al síndrome respiratorio agudo grave (SARS, por sus siglas en inglés) que mató a 800 personas en 2002-2003.
Li precisó que los enfermos tenían algún tipo de relación con el mercado de pescado y marisco Huanan, donde se vendían también todo tipo de animales salvajes y que posteriormente se identificaría como el lugar de donde la infección se transmitió al ser humano.
El médico no tenía intenciones de diseminar mensaje alguno, sino simplemente de alertar a sus colegas conocidos. Pero el mensaje salió del grupo de amigos y pronto se viralizó en redes sociales, al grado que cuatro días más tarde recibió una visita de funcionarios de la Oficina de Seguridad Pública que lo acusaron de difundir rumores
que habían perturbado severamente el orden social
, delito que le hacía enfrentar la posibilidadad de siete años de cárcel.
Las autoridades lo conminaron a firmar una carta en la que aceptó su culpa y se comprometió a no reincidir. Le advertimos solemnemente: si sigue de terco, con tanta impertinencia, y continúa con esta actividad ilegal, será llevado ante la justicia, ¿se entiende?
, se le advirtió a Li en una carta entregada por los funcionarios de seguridad.
El 8 de enero el oftalmólogo Li atendió a un paciente con glaucoma que ya estaba infectado. El día 10 el médico se empezó a sentir mal con tos y fiebre. El día 12 fue hospitalizado y el primero de febrero le confirmaron el diagnóstico de contagio por coronavirus.
Los signos comunes de la afección incluyen síntomas respiratorios, fiebre, tos y dificultades para respirar. En casos más graves, la enfermedad puede causar neumonía, síndrome respiratorio agudo severo e insuficiencia renal.
En Weibo, la red social más popular en China, miles de usuarios emitieron mensajes de dolor por la muerte del Li y algunas personas lo consideraron un héroe
por la significativa aportación que dio ante esta crisis pese a haber sido censurado por las autoridades. La Organización Mundial de la Salud (OMS) también lamentó el deceso.
El saldo hasta ayer por el 2019-nCov es de 636 muertos y 31 mil 400 contagiados en China continental, de acuerdo con la Comisión Nacional de Salud.
El presidente Xi Jinping declaró una guerra popular
contra el coronavirus, y en una conversación telefónica con el rey Salmán bin Abdulaziz, de Arabia Saudita, expresó: China tiene una gran capacidad de movilización, una rica experiencia en responder a incidentes de salud pública y confianza, y es capaz de ganar la batalla para prevenir y controlar epidemias
.
El gobierno del país asiático recrudeció las restricciones de desplazamiento. En Hangzhou, unos 150 kilómetros al suroeste de Shanghái, sólo una persona por vivienda puede salir a la calle cada dos días para comprar lo necesario, mientras en Zhumadian el permiso de salida es cada cinco días.
En Wuhan finalizó la construcción de un segundo hospital con mil 500 camas para aislar y atender a pacientes, al tiempo que autoridades locales trasladaron a personas con síntomas leves a estadios, salas de exhibición y otros espacios públicos adaptados como centros de médicos.
Las autoridades sanitarias de esta ciudad aplicarán a un grupo de personas el antiviral remdesivir, fabricado entre el gobierno chino y la farmacéutica estadunidense Gilead Sciences.
Desde Ginebra, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, señaló que para acabar con la epidemia se necesitará saber la fuente del brote, su reservorio natural y su transmisibilidad o gravedad
.
En tanto, las medidas restrictivas para contener la epidemia se intensifican en el resto del mundo. Bajo presión, las autoridades de Hong Kong cerraron casi la totalidad de pasos fronterizos con el resto del país y aislarán por dos semanas a todos los visitantes provenientes de China.
En Japón, 3 mil 700 personas de decenas de nacionalidades estarán encerrados 14 días en el crucero Diamond Princess. El número de casos a bordo se triplicó este viernes al pasar de 20 a 61.
En Hong Kong, unas 3 mil 600 personas corrían la misma suerte en el crucero World Dream, después de que tres antiguos pasajeros del mismo dieron positivo en las pruebas del coronavirus.
Numerosas compañías aéreas suspendieron vuelos a China continental. Las estadunidenses United y American Airlines cancelaron los vuelos también a Hong Kong, e Indonesia bloqueó a miles de turistas chinos en Bali al anular las conexiones aéreas.
Air France y KLM anunciaron ayer que prolongan hasta el 15 de marzo la suspensión de sus vuelos a China continental, prevista en un principio hasta el 9 de febrero.
Dos aviones militares brasileños partieron para repatriar a sus ciudadanos de Wuhan, y otros dos estadunidenses hicieron lo propio ayer.