Fernando de la Mora no contempla el retiro, tampoco pierde la brújula de su carrera, y en este camino se ha propuesto continuar en defensa y difusión de la buena música, en esta ocasión con el álbum que lanzará en los próximos meses dedicado a Gonzalo Curiel.

La noche de este jueves, el tenor recibió el doctorado honoris causa en ciencias humanas del Centro Universitario de Integración Humanística, en reconocimiento a una trayectoria, en la cual he tratado de recuperar, difundir los grandes valores de la música mexicana. Este grado es una de las formas en que se manifiesta lo que ha salido bien en mi vida.

Enfatizó: Cada reconocimiento es una invitación a seguir adelante; también es una manera de reflexionar sobre los grandes logros del ser humano, del mexicano de excelencia, que es hacia donde debemos ver.

Se debe, prosiguió, seguir luchando por un mejor presupuesto para la cultura, de tal forma que no sea ésta la que se castigue cuando haya un recorte, porque es un alimento para el espíritu.

Mientras me dure la voz seguiré en favor de la música de excelencia, de la mexicana en especial, subrayó De la Mora.

A propósito de su calidad vocal, comentó que la mejor forma de cuidarla es cantando todos los días. Es como ir al gimnasio; cantar diario, aunque sea en mi casa; además de aprender música nueva, como melodías francesas o alemanas.

El tenor, reconocido a escala internacional en el medio operístico, sostuvo que existen dos tipos de música: la buena y la mala.

En todos los géneros, con muy pocas excepciones, la música buena es la que se queda para siempre y por generaciones en el corazón de la gente. Un ejemplo son los maravillosos boleros.

Este año, agregó, “vamos a lanzar una producción que iniciamos en 2018 del gran maestro Gonzalo Curiel, recordado por Vereda tropical; la intención es que no mueran estos grandes compositores y preservar la excelencia de nuestra música”.

El cantante dijo que este disco es muy complejo, pero con canciones maravillosas, sonido moderno y arreglos sinfónicos al cien por ciento. Curiel no sólo fue un gran autor, sino que compuso música clásica, además de tres conciertos para piano y orquesta; sin duda fue un hombre muy culto.