Las marchas, protestas y paros escolares de mujeres contra el acoso sexual se intensifican cada vez más. Para algunas especialistas las airadas manifestaciones son consecuencia de que a lo largo de los años no ha habido acciones contundentes para erradicar este flagelo, pero otras advierten una radicalización que ha conllevado vandalismo y segregación de los hombres.

Aimée Vega Montiel, investigadora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), destacó que dichas expresiones son en respuesta a la falta de atención de autoridades e instituciones públicas y privadas a demandas legítimas.

El punto no es la forma de las manifestaciones, sino sus denuncias sobre feminicidio, violencia sexual, física, sicológica y patrimonial, entre otras, indicó.

El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio ha documentado el nivel de impunidad de estos delitos, arriba de 90 por ciento, lo que es muy gra-ve, consideró.

Ahora estamos viendo los paros en las universidades, pero en otros momentos de la historia también han sucedido en otros escenarios, sostuvo, forman parte de una cadena histórica de movilización social por parte de las mujeres para exigir respeto a sus derechos humanos.

Con el cierre de escuelas de la UNAM, ocho a la fecha, alumnos buscan la erradicación de la violencia de género y del machismo en las aulas, así como mejorar los servicios médicos en los bachilleratos y la atención de las demandas del estudiantado en general.

Frida Guerrera, fundadora del grupo Voces de la Ausencia, reconoció que la radicalización de las protestas está generan-do encono.

Advirtió el riesgo de caer otra en guerras absurdas de hombres contra mujeres. No es que yo esté alineada al patriarcado, como me dicen, porque también me atacan feministas, pero sí tenemos que entender que no es guerra. Al contrario, dijo, debemos unirnos para de verdad presionar a las autoridades.

Consideró que esta radicalización se ha generado porque es otra generación de jóvenes que cree que declarando la guerra van a cambiar las cosas cuando es obvio que no. Ellas también tienen que aprender a escucharnos en esta autocrítica.

Oresta López, profesora investigadora del Colegio de Sal Luis, pidió ver las manifestaciones contra la violencia en un panorama más amplio. El pensamiento radical en México se ha presentado también con los maestros, los normalistas y mineros, el cual es porque no responden a las demandas. Y agregó que dentro de estas protestas también pueden infiltrarse provocadores.

Indicó que el gran reto es cómo responder a este movimiento feminista tan amplio que demanda sanciones penales frente a los delitos de violencia, y que sean claras.